LA VIDA DE SANTA BÁRBARA SEGÚN LOS RETABLOS DE COCENTAINA Y XIXONA
Jul 04 2021

POR BERNARDO GARRIGÓS SIRVENT, CRONISTA OFICIAL DE XIXONA (ALICANTE).

Retablo de Santa Bárbara de Cocentaina. 1378-1387.

Los retablos tenían el objetivo de transmitir valores cristianos mediante la contemplación de sus imágenes. Podríamos decir que eran un precedente de los cómics. Muchos de ellos narran la vida del santo con el empleo de imágenes muy explícitas. Utilizando los retablos de Santa Bárbara de Cocentaina y Xixona (FUENTE: https://bgarrigos07.wordpress.com/2020/05/20/retablo-de-santa-barbara/) podemos seguir la vida de esta santa que vivió en el siglo III. Estos dos retablos son de épocas bien distintas; puesto que el retablo de Cocentaina es uno de los mejores ejemplos de la pintura italogótica de la Baja Edad Media, datado cerca del 1378-87, y el de Xixona es de época moderna, posiblemente de principios del siglo XVII, pero su objetivo es el mismo, narrar la vida de la santa Bárbara.

Bárbara nació en Nicomedia en el siglo III. Su padre era Dióscoro, pagano de religión e ilustre por su linaje noble. Bárbara era una joven de una extraordinaria belleza y su padre, para evitar que cualquiera la contemplara, hizo construir una torre donde la encerró. Bárbara dedicó sus esfuerzos a estudiar todas las artes liberales.

En aquellos tiempos se extendió el rumor de que en Alejandría vivía un sabio llamado Orígenes que conocía al Dios verdadero. Bárbara decidida a conocer a este sabio le remitió una carta. Orígenes respondió al mensaje con una carta que fue portada por Valentín, un sacerdote cristiano. Valentín haciéndose pasar por médico consiguió visitar a Bárbara en su torre y explicarle el misterio de la Trinidad ( “el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo son tres personas distintas de un Dios único, uno y verdadero”).

Su vida girará en torno a la idea de su padre de apartarla del cristianismo y su deseo de abrazarlo. Su vida está perfectamente ilustrada en el retablo del altar mayor de la ermita de la Santa en Cocentaina, datado cerca del 1378-1387, unos doscientos años antes del retablo de Santa Bárbara de Xixona.

Bárbara decidió entonces convertirse al cristianismo y Valentín la bautizó en secreto. Esta es la primera imagen del retablo de Cocentaina.

Como era tan hermosa algunos jóvenes potentados del país habían pedido su mano a su padre, pero se había negado a casarse. Ante la tozudez de su  hija, el padre se decidió a culminar la torre.

La segunda escena del retablo de Cocentaina presenta a la santa contemplando la construcción de la torre donde la encerraría su padre.

En la tercera imagen Dióscoro montado a caballo posa delante de la torre donde ha encarcelado a su hija.

Bárbara al contemplar que los obreros sólo habían construido dos ventanas, les pidió que realizaran una tercera. Su padre se enfureció cuando observó que los obreros estaban edificando esta nueva ventana que él no había mandado construir, por lo que pidió explicaciones y estos le respondieron que había sido su hija quien había dado la orden. Bárbara comentó a su padre el misterio de la Trinidad y la necesidad de hacer esta tercera ventana, entonces este se encolerizó y desenvainó una espada con intención de matar a su hija. 

El cuarto momento representa a Bárbara delante de su padre, quien la amenaza con una espada si no renuncia a su fe cristiana.

En la siguiente escena del retablo de Cocentaina Bárbara y su padre discuten porque esta renuncia al matrimonio con un joven pagano.

Bárbara pudo escapar debido a que cuando su padre iba a matarla se arrodilló y comenzó a rezar y un peñasco se escindió y se apoderó de la joven cobijándola en su interior y la trasladó a la cima de un monte en el que había dos pastores. Estos vieron como del interior del peñasco salía una doncella y se escondía detrás de otro peñasco, para evitar que su padre la viera. Dióscoro comenzó la búsqueda y llegó a este paraje, entonces preguntó a los pastores, y mientras que uno negó haberla visto, el otro la delató

Tal cual se describe este pasaje de la vida de la santa  en la Leyenda Dorada se representa en la escena superior de la calle derecha del retablo de Santa Bárbara de Xixona. Dióscoro a caballo y con ricos ropajes pregunta a dos pastores: uno de ellos el más alejado contesta que no sabe dónde se encuentra su hija, pero el otro se lo indica con la mano derecha. La santa se encuentra escondida detrás de una roca rezando.

En el retablo de Cocentaina también se representa esta misma escena, es la sexta.

Dióscoro cogió a su hija y después de atormentarla físicamente la encerró de nuevo en la torre y la denunció ante el gobernador. El gobernador quedó prendado de la belleza de la joven. Sin embargo, ante la defensa de las verdades cristianas que hizo decidió someterla a distintos tormentos.

En la séptima casilla Bárbara es interrogada ante el gobernador. Hacia la medianoche y cuando descansaba en su calabozo una luz celestial iluminó la estancia y Jesús se presentó ante ella curándole todas sus heridas.

En la octava casilla del retablo de Cocentaina es flagelada. Al día siguiente fue llevada de nuevo ante el emperador, quien se sorprendió por que todas sus heridas se habían curado gracias, según la joven, por la intervención de Jesús.

Seguidamente fue torturada de nuevo.

El tercer y último cuerpo del retablo de Cocentaina está dedicado a mostrar los distintos martirios que sufrió la santa.

En la novena escena la santa está atada a una columna y dos esbirros le desgarran el cuerpo con garfios de hierro. En la décima dos esbirros le cortan sus pechos con un cuchillo y en la siguiente la santa es lapidada, pero sus asesinos son castigados por la mano de Dios que les lanza rayos de fuego.

El gobernador ordenó que fuera desnudada completamente y paseada por las calles de la ciudad y que a lo largo del recorrido la azotaran sin piedad; pero un ángel envolvió su cuerpo desnudo con un manto blanquísimo.

Ante este nuevo milagro el gobernador encolerizado ordenó su decapitación. En ese momento su padre pidió que fuera él quien ejecutara la sentencia. Y éste accedió.  Dióscoro desenvainó su espada y degolló a su propia hija y cuando terminó su acción regresó a casa, pero no llegó; ya que un rayo lo fulminó.

Así en la última escena del retablo de Xixona vemos a la santa arrodillada en el momento en que su padre la ha degollado y salen del cielo los rayos de color rojo. Todo esto sucede ante la atenta mirada del gobernador y dos de sus súbditos, curiosamente uno de ellos contempla la escena y el otro mira al cielo observando la gran tormenta que se avecina. Este mismo pasaje de la vida de la santa constituye la última escena del retablo de Cocentaina.

Su martirio posiblemente ocurrió, según unos autores, hacia el 286 y otros hacia 306.

Su festividad se celebra el 4 de diciembre.

Retablo de Santa Bárbara de Xixona. Principios del siglo XVII

Es abogada contra la muerte por rayo o por tormenta, protectora contra las tempestades y temblores de tierra; patrona de artilleros de la Marina de Guerra, mineros, ingenieros de minas, pirotécnicos, campaneros, fundidores, albañiles, arquitectos, canteros, pelotaris, sombrereros, tejedores, carboneros; abogada contra el fuego y las quemaduras. También es invocada para la recepción de los sacramentos de la penitencia y comunión en la hora de la muerte. Debido  a su especial protección muchas minas, polvorines, castillo (como el de Alicante) o barcos de guerra llevan su nombre.

Es la patrona de Benidoleig y la titular de una ermita en Cocentaina, Monóvar, Xixona y Benissa. (entre otros).

FUENTE: https://bgarrigos07.wordpress.com/2020/05/24/vida-de-santa-barbara/ 

 

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