POR MANUEL GARCÍA CIENFUEGOS, CRONISTA OFICIAL DE MONTIJO Y LOBÓN (BADAJOZ)
El Boletín de la Real Academia de Extremadura de las Letras y las Artes, Tomo XXX, año 2022, publica mi trabajo “La villa de Lobón en el Catastro de Ensenada. Economía y sociedad a mediados del siglo XVIII” (páginas 355-406). El Boletín de la RAEX está dirigido por doña Carmen Fernández-Daza, a quien agradezco la difusión de este trabajo. El BRAEX (Boletín de la Academia) publica siete trabajos junto con la Memoria del Curso Académico 2021-2022., en un total de 508 páginas.
RESUMEN DEL CATASTRO DE ENSENADA EN LOBÓN (te 1753)
El trabajo muestra la realidad de una comunidad rural extremeña en la España del Antiguo Régimen de mediados del siglo XVIII, caracterizada por una sociedad tradicional, atrasada y de escaso o nulo dinamismo. Apoyada su vida económica, básicamente, en la actividad agraria. Labradores que trabajaban las tierras de los privilegiados en régimen de servidumbre, arrendamientos o como mano de obra asalariada por jornaleros y manaderos, que completaban sus exiguas economías con pequeñas propiedades en casos muy escasos, y sobre todo gracias a los recursos que proporcionaban los bienes comunales.
El principal problema del campo era la injusta distribución de la propiedad de la tierra, ya que una minoría era dueña de grandes extensiones, utilizadas como pasto para el ganado ovino trashumante, mientras el crecimiento de la población y el número de campesinos sin tierras demandaban terrenos para la agricultura. La baja productividad de la agricultura, sustentada en los cultivos de secano y pocas huertas de regadío, fue un fenómeno constante. En Lobón se producía trigo, cebada, habas, garbanzos y muy poco centeno. El cultivo de regadío se limitaba a huertas de peñas dimensiones. Los productos eran hortalizas, frutales y legumbres, que servían para el autoabastecimiento de la población.
La ganadería y la agricultura estaban enfrentadas por el arrendamiento de tierras de labor. Los ganaderos, a su vez, se enfrentaban al conflicto con el ganado trashumante. Donde la Mesta gozaba de privilegios en perjuicio del ganado estante. Se producía ganado ovino, bovino, porcino caprino y caballar. La sociedad de aquellos días, insertada dentro de un régimen señorial con un peso importante, era un desierto industrial y comercial, los datos hablan de ello. Mostrando el atraso en la enseñanza y los servicios, donde laboraban los artesanos. El casco urbano presentaba cincuenta y dos casas arruinadas y diez inhabitables, que hablan de abandono, pobreza y miseria del que viajeros británicos dejaron constancia. Destacaba un mesón que atendía a los viajeros que transitaban por la Carrera Real. Sólo un maestro para atender las necesidades de los más pequeños. Si bien, los franciscanos del convento de Santiago se ocuparon de paliar el analfabetismo. De la sanidad, la descripción rotunda que se hace de la botica, describe su atraso: “es de muy poco valor y surtido”.
PROTESTAS ANTE EL REAL SUPREMO CONSEJO DE CASTILLA (AÑO 1798)D
Treinta años después de la redacción del Catastro de Ensenada, el ilustrado y viajero; Antonio Ponz, en su obra Viaje de España, resume sus impresiones sobre Lobón: “Entre Lobón y Talavera se pasa un arroyo llamado Guadaxira, intransitable, y peligrosísimo en los inviernos, en que la falta de un puente es causa de muchas desgracias, y de notable detención de correos, y pasageros: gran falta en un camino tan principal como éste. Se encuentra en todo él desde Mérida a Badajoz grandísimas llanuras, reducidas a pastos. Se trabaja con empeño en la construcción del camino real de Extremadura, y podemos esperar que sea uno de los mejores de España, mediante las providencias que se han tomado”.
A finales del dieciocho, a las puertas del quinquenio monstruoso, el Procurador Síndico Personero, alzaba su voz en un manifiesto ante el Real y Supremo Consejo de Castilla: “las tierras labrantías y de superior calidad que hay en este término son todas o también partes propias de Forasteros, los cuales las tienen Arrendadas a otros de extraña Jurisdicción”. A mediados del XIX el problema persistía. Un pequeño grupo -tenía un peso del 2,58% sobre el total de la población- ejerció un significativo grado de influencia y penetración sobre la vida política, económica y social. Grupo que en un altísimo porcentaje fueron compradores de los bienes desamortizados. En el trabajo se han incluido algunos cuadros, donde las características de Lobón se comparan, con las que se daban en otras comunidades rurales de la comarca.
Dos años después de la confección del Catastro de Ensenada, el 1 de noviembre de 1755 se produjo el Terremoto de Lisboa que dejó graves secuelas en Lobón, especialmente en el templo parroquial y en algunas de sus ermitas.
Acceso al artículo desde la web de la Real Academia de Extremadura de las Letras y las Artes: https://www.raex.es/…/05_Manuel_Garc%C3%ADa_Cienfuegos.pdf