POR LUIS MIGUEL PÉREZ ADÁN, CRONISTA OFICIAL DE CARTAGENA (MURCIA)
«María Enriques ha presentado una denuncia contra Andrés Rosique, su marido, por malos tratos e intento de violación de este contra ella». Este podría ser un titular periodístico en cualquier publicación actual, desgraciadamente un delito que se repite día tras día. La violencia de género es un problema que persistente en nuestra sociedad actual.
La fórmula para luchar contra esta lacra es la denuncia, un paso crucial para visibilizar y combatir este problema. Sin embargo, aún queda mucho por hacer para garantizar que todas las víctimas se sientan seguras y respaldadas al denunciar. Es importante abordar este tema de manera seria y comprometida para buscar soluciones y promover un cambio positivo. La concienciación, la educación y el apoyo a las víctimas son aspectos fundamentales en la lucha contra este tipo de violencia.
Archivo Municipal
Pues bien en aquel año de nuestro señor de 1574, esta mujer denunció ante el Concejo de Cartagena los malos tratos e intento de violación que Andrés Rosique ejerció sobre ella. Nos ha llegado gracias al documento guardado en nuestro Archivo Municipal, que así lo atestigua. Es una auténtica joya documental que viene a demostrar la existencia de mujeres en el siglo XVI dispuesta a denunciar la violencia de genero algo tremendamente peligroso para la propia denunciante en aquellos momentos en donde las mujeres solían ser representadas como figuras pasivas, sumisas y obedientes, listas para ser sacrificadas en el altar del patriarcado en cualquier momento. Sin embargo, al explorar los archivos históricos de lugares como Cartagena, podemos desenterrar las voces silenciadas de aquellas que resistieron de manera efectiva a las presiones de su época.
La historia y la sociedad rara vez otorgan concesiones gratuitas, y la escalada hacia la igualdad de género suele ser el resultado de una lucha prolongada protagonizada por las propias mujeres. Es importante reconocer que no se puede pasar de una situación de opresión extrema a una menos dura de la noche a la mañana. Sin embargo, la narrativa histórica, a menudo, se ve influida por la ideología de quienes la escriben, en su mayoría hombres, lo que lleva a presentar los avances femeninos como resultados de influencias benevolentes de pensadores masculinos, la marcha inexorable de la civilización o un progreso autónomo.
Sistemáticamente ignoradas
Las mujeres han sido sistemáticamente ignoradas por la historia, relegadas en su mayoría al ámbito privado y doméstico. Solo emergen en la narrativa histórica cuando se aborda desde la perspectiva de la vida cotidiana. Sin embargo, es fundamental comprender que la historia de la vida cotidiana no debe considerarse marginal o aislada de la historia institucional o social. De hecho, estas dimensiones están entrelazadas y ofrecen una visión más completa de la experiencia humana en el pasado.
Por lo tanto, para entender la vida cotidiana de las mujeres en aquellos tiempos, no basta con examinar fuentes literarias, teatro o libros de viaje. Debemos dirigir nuestra atención a los archivos históricos, donde se encuentran documentos, como el que presentamos hoy en nuestra Foto Historia que arrojan luz sobre todos los aspectos que influyeron en la vida de las personas en esa época.
En el siglo XVI, las mujeres tenían menos derechos y autonomía en comparación con los estándares modernos. Su capacidad para denunciar a sus maridos por malos tratos o violación era muy limitada, por eso tiene tanta transcendencia este documento, el sistema legal y social conocido como «derecho consuetudinario». Este otorgaba a los hombres el control casi absoluto sobre sus esposas. Las mujeres casadas eran consideradas, en gran medida, propiedad de sus maridos y tenían pocos derechos legales independientes. En muchos casos, las denuncias de malos tratos y violación por parte de una esposa no eran tomadas en serio y eran desestimadas por las autoridades.
Esto es solo una pequeña muestra de valor documental existente en nuestros archivos, en este caso para demostrarnos que las mujeres no han sido simplemente sumisas, descritas como simples corderas, listas para ser llevadas al matadero en cualquier momento, una imagen distorsionada que no refleja la verdad. Las mujeres no se sometieron pasivamente; resistieron y lucharon de maneras no siempre evidentes, pero efectivas, contra la opresión de los hombres en su entorno.
En los archivos nos encontramos con estos tesoros que nos permiten descubrir la historia oculta de resistencia y lucha de las mujeres en una época de opresión patriarcal.
Velentía y desafío
En resumen, la historia de las mujeres en el siglo XVI en lugares como Cartagena, es una historia de resistencia silenciosa o silenciada. A través de la exploración de los archivos históricos, podemos arrojar luz sobre la valentía de las mujeres que desafiaron las expectativas de su tiempo y lucharon por un futuro más igualitario. Es nuestro deber como sociedad honrar y recordar estas historias, para que nunca se olvide la lucha de las mujeres por la justicia y la igualdad.
FUENTE: https://www.laverdad.es/murcia/cartagena/violencia-genero-cartagena-siglo-xvi-20230916101102-nt.html