POR PEPE MONTESERÍN CORRALES, CRONISTA OFICIAL DE PARRES-ARRIONDAS (ASTURIAS).
El pasado sábado fui a la Virgen del Camino para tocar las puertas laterales de bronce, las que dan a la Avenida de Astorga, en las que existen sendos bajorrelieves con la figura de San Froilán; en ambas puertas la nariz del santo resalta sobre el bronce verdoso y brilla como el oro, de tantas manos que se acercan para tirarle de la nariz y pedir un deseo.
La leyenda cuenta (a mí me lo contó Ricardo Labra) que de esta forma se garantiza la salud. Es tradición tocar los relieves de la Catedral de León, seguidamente la calavera (nótese el pulido), a continuación el bastón que porta el santo (al que me agarro en la foto) y, finalmente, la nariz, y con las mismas pedir un deseo.
Pero, cuidado con los deseos; unos dicen que son nuestro peor enemigo; otros que hay que tener mucho cuidado con ellos, pues a veces se cumplen. Yo, desde luego, soy tan insaciable y avaricioso que tengo más deseos que necesidades.
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