POR RICARDO GUERRA SANCHO, CRONISTA OFICIAL DE ARÉVALO (ÁVILA)
La ciudad de León, la «Legio VII Gemina» romana, de tantas connotaciones históricas y afectivas, que no hace mucho celebró el ser sede de las primeras Cortes de la historia de Europa. Ciudad de tan rico patrimonio que nunca te cansas de apreciar. La he visitado innumerables veces algunas de ellas por motivos históricos o artísticos, como un curso de patrimonio que organizó la Junta de Castilla y León, o uno de los congresos de los Cronistas Oficiales de España, en que pudimos disfrutar desde dentro la basílica de San Isidoro con su hospedería, el medio claustro románico en concierto y de fondo el famoso Cáliz de Doña Urraca. Y últimamente, por motivos cofrades, por la hermandad con la cofradía de Las Angustias y Soledad, amores compartidos a la Madre Dolorosa, como fruto y enriquecimiento del congreso nacional de Cofradías y Hermandades de Las Angustias de Jerez de la Frontera.
Entrando en el tema que hoy nos ocupa, un tema mariano por excelencia, cuando estaba preparando mi libro de la Virgen de las Angustias, de León siempre me llamaron poderosamente la atención aquellas dos imágenes de la Virgen del Camino, la nueva en el santuario, patrona del obispado, una imagen a semejanza de la vieja, la Virgen del Mercado o vieja del Camino, Patrona de León, tan semejantes ambas en su iconografía e incluso estilo a pesar de la diferencia de su tiempo. Después me sorprendió la belleza artística de Las Angustias y Soledad de la cofradía hermana leonesa en Santa Nonia. Tres Dolorosas para una misma veneración y con muchas connotaciones compartidas en el pueblo creyente leonés.
Y así fue como por esa común devoción, me pidieron un artículo para su revista de Semana Santa. Habían conocido mi libro de la Virgen de Arévalo por lo que me consideraron como historiador mariano. Un honor y un reto el cumplir aquella petición que por otra parte me fascinó, porque descubrí un nexo entre aquellas imágenes leonesas, sus historias, la nuestra y la de tantos sitios, con el 9 de febrero, una fecha emblemática que es el inicio de tantas imágenes y advocaciones «Dolorosas» distribuidas por toda la geografía, que con la evolución iconográfica adquieren el corazón con puñales y ya es conocida como Las Angustias.
No es mi intención citar aquí tantos datos históricos comunes, tantas conexiones marianas y tantas facetas distintas y al mismo tiempo unidas por la historia, pero si quiero recordar aquellos pasajes de un 9 de febrero, todos de cada imagen, pero también todos particularmente, con un mismo origen de «la octava de la Transfisión de Nuestra Señora». El tema de esta fecha, que esta presente en tantas advocaciones marianas, es un punto de inflexión, es el origen de muchas cosas… y el artículo perece que gustó.
Hay dos Cronistas en León, Margarita Torres que destacó en la defensa del Cáliz de doña Urraca, que conocí en aquel congreso de Cronistas en una conferencia magistral sobre la historia de León. Y Máximo Cayón del que he leído textos magníficos sobre las advocaciones leonesas y de la Virgen del Mercado.
Entonces nos dijeron que se la coronaba en octubre, y desde ese mismo momento tenía claro que yo quería estar allí, y máxime cuando viendo la parroquia que nos mostró su párroco Manuel Santos Flaker, y nos contó detenidamente aquella historia que había leído, y me di cuenta que lo que yo conocía y mis hipótesis concordaban asombrosamente…
Así fue como pasados unos meses recibimos invitación de nuestros hermanos cofrades leoneses para asistir a la ceremonia de Coronación Canónica. Y allí estuvimos los cofrades arevalenses César, Pablo y el que esto escribe, en la hermosísima catedral, en un lugar preeminente, en un acto sencillo pero muy emotivo, con que la Virgen, hermosísima, presidiendo en el presbiterio catedralicio, ante su pueblo leonés que la aclamó con emoción.
Allí pudimos saludar a algunos amigos cofrades, y al alcalde de León. Después, en la procesión posterior abarrotada de público en marcha lenta y cadenciosa con músicas de banda y de tambores, por el centro de la ciudad, hasta la iglesia parroquial del Mercado. Ya en esta parroquia, mucho más íntimamente, aclamada por sus parroquianos e invitados.
Un día memorable para la historia mariana leonesa y para cuantos pudimos estar cerca de la Señora Coronada y rezarla con emoción…
Cosas de cofrades hermanados a través de la Virgen.