POR ÁNGEL RÍOS MARTÍNEZ, CRONISTA OFICIAL DE BLANCA
La festividad tuvo su origen en la victoria naval de Lepanto de los cristianos contra los turcos el primer domingo de octubre de 1571, atribuida a la intercesión de la Virgen del Rosario, a quien todo el mundo católico invocó con la plegaria del mismo.
La celebración del día 7 de octubre como la fiesta de Nuestra Señora de las Victorias fue instituida por el Papa San Pío V, en el año 1572, y añadió a las Letanías a la Santísima Virgen la de Auxilio de los cristianos, para implorar la misericordia de Dios sobre su Iglesia y agradecerle los innumerables beneficios y su protección; propagándose desde entonces el título de Auxiliadora, siendo San Juan Bosco el propagador de esta devoción a María Auxiliadora. Su sucesor, el Papa Gregorio XIII cambió la fiesta a la de Nuestra Señora del Rosario.
En Blanca, la Cofradía de la Virgen del Rosario y la devoción del rezo del mismo datan de entre los años 1573 a 1585. Los estatutos más antiguos que hemos encontrado, aprobados por el Obispado, son de 13 de febrero de 1930.
Los domingos del mes de octubre, desde tiempo inmemorial, únicamente interrumpidos durante la triste guerra civil, se realiza el rezo de los rosarios de la aurora. Antes de amanecer el volteo de campanas “avisa” a los fieles, que se concentran en la parroquia, y a las 6 h 30´ inician la procesión, presidida por la imagen de la Virgen del Rosario, que recorre las distintas calles del pueblo y, al son de la campanilla, el hermano de esta Cofradía que lleva la guía del mismo, reza la segunda parte del Ave María y el resto de personas canta la primera parte de la citada oración; cada domingo se realiza un itinerario diferente, recorriendo así toda la localidad.
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