POR PEPE MONTESERÍN, CRONISTA OFICIAL DE PRAVIA (ASTURIAS)
De las consecuencias de la Segunda Guerra Mundial sobre un grupo de personas de un deteriorado hospital de Leningrado (San Petersburgo), allá por 1945, trata “Una gran mujer”. Se me ocurrió ver la muy deprimente película en Nochebuena, en su versión original, que es en ruso, aunque el título con el que opta Rusia al Oscar a la mejor película extranjera, se presenta en inglés: “Beanpole” (Larguirucha), en referencia a Iya, una mujer muy alta, ángel de la muerte y del amor, que padece un síndrome postraumático paralizante. Dos rusas, Iya y Masha, protagonizan la historia escrita por Balagov, a la sazón director, inspirada en el libro de la Nobel-2015, Svetlana Alexievich, “La guerra no tiene rostro de mujer”. Merece la pena verla aunque sólo sea por la demoledora escena, cerca del final, en el comedor del palacete ocupado por una especie de gobernadora o benefactora del hospital; ¡antológica!
Fuente: https://www.lne.es/