POR MANUEL PELÁEZ DEL ROSAL, CRONISTA OFICIAL DE PRIEGO DE CÓRDOBA
En el artículo que ha publicado el cronista oficial de Priego de Córdoba, Manuel Peláez del Rosal, con el título “Las aldeas de Zagrilla: Sus orígenes medievales fronterizos entre el Islam y la Cruz*”, continuación de otro aparecido a principios de año (“Los orígenes de las aldeas de Zagrilla: Pinceladas histórico-jurídicas”) se desvelan muchas incógnitas sobre el pasado de la comarca, que, por su interés, aunque extractado, reproducimos:
Los significados de la palabra Zagrilla
Abordamos el significado que tiene el nombre de Zagrilla y cuáles son los orígenes de esta población en la historia andalusí y en la historia cristiana o castellana. La historia de Zagrilla se remonta a los tiempos anteriores a los árabes. Hay signos inequívocos de su pasado prehistórico, romano y visigodo. Pero a estos particulares me referiré en una próxima ocasión. Ahora interesa saber cuándo surge el nombre romanceado de Zagrilla y si éste es de origen árabe. Y si es así qué significado tiene la palabra.
De acuerdo con las crónicas musulmanas el término o vocablo Zagrilla es un diminutivo de Zagra, y así aparece ya denominado el lugar en el famoso Libro de la Montería que fue escrito después de la conquista de la comarca de Priego por el rey Alfonso XI en el año 1341. Textualmente la referencia dice así: «En derredor de Priego hay estos montes: … El monte del Val de Zagra es bueno de oso et de puerco en todo tiempo». Quiere decir el texto que comento que en este lugar, “en el monte” se podía cazar el oso y el puerco o jabalí. Y más que en el monte en el soto de Zagrilla a cuyo río bajarían en verano hembras con crías, pero sobre todo grandes machos, uno de los cuales mató dos monteros y dos acémilas, probablemente mulas según el testimonio de la crónica. Junto al monte, pues, había un soto o valle, que no otra cosa quiere decir el vocablo «val», y allí, en el valle, estaría ubicada la población civil de Zagra. Tal vez la población militar estuviera en el monte y en algún lugar hubiera una torre defensiva o una construcción murada. Yerra un comentarista del famoso Libro de la Montería (Valverde, J. A., Anotaciones al Libro de la Montería de Alfonso XI), al considerar que el Val de Zagra es la población granadina situada entre Loja y Montefrío, y entre otras razones porque aquélla no está en el “derredor de Priego”.
Sin embargo, este comentario resulta insuficiente por cuanto no aclara qué quiere decir «Zagra». Y aquí es en donde se necesita acudir a la etimología de la palabra árabe que se corresponde con la castellana, pero con carácter dual o ambivalente. Tradicionalmente se ha identificado el término o vocablo Zagra con Sajra, uno de cuyos significados es «peña» o «lugar pedregoso». De ser así, Zagra y su diminutivo Zagrilla, significaría esto: peñascal o lugar de peñascos o rocas. Sin embargo esta equivalencia no nos convence. ¿Cómo puede ser un valle un lugar pedregoso? Más bien entendemos por valle un lugar asentado, una cierta planicie, en la que sea posible el establecimiento de una colonia o población humana que pueda subsistir tanto por la proximidad a una fuente o río y en consecuencia a un terreno en donde sea viable el cultivo para la subsistencia. Por tanto, no me parece congruente que Zagra y nuestra Zagrilla signifique lugar de piedras o terreno rocoso. La solución, por tanto hay que buscarla acudiendo a las crónicas musulmanas siglos atrás, concretamente al siglo X, en plena época califal.
Vayamos al grano. El arabismo romanceado “Zagrilla”, diminutivo de Zagra, es un topónimo o nombre de lugar, configurado administrativamente como aldea, situada en la comarca de la Subbética, cuya capital es la ciudad de Priego de Córdoba. En la actualidad existen dos poblaciones con este mismo nombre, denominadas Zagrilla la Alta y Zagrilla la Baja, por su ubicación topográfica. Otros diminutivos de la propia comarca y también de origen musulmán son Almedinilla y Genilla, y de origen cristiano Lagunillas y Navasequilla. Zagrilla, debido a su escasa entidad (en sus inicios como una alquería), se ha perpetuado en el tiempo con esta denominación, primitivamente Val de Zagra como más arriba hemos indicado.
La toponimia nos ofrece, por tanto, una explicación, no solo relativa al origen del lugar, que para nuestra Zagrilla hemos fijado en el siglo X, aunque es muy posible que este enclave aparezca habitado por musulmanes ya en el siglo VIII, al posesionarse los invasores de las tierras seguramente ocupadas por los antecesores visigodos (una pieza interesantísima localizada en este término es un crismón trinitario o la necrópolis altomedieval cristiana localizada en la calle Batán de Zagrilla la Baja). Hay testimonios de hallazgos y huellas de este período anterior a la conquista musulmana, pero lo que ahora nos interesa revelar es su significado, porque éste nos manifiesta igualmente signos de la cultura, la lengua y, lo que es más importante, la mentalidad de la colonia humana que arraigó allí hace ya bastantes siglos y aquí continúa asentada.
El testimonio más antiguo de época musulmana sobre los castillos de la comarca prieguense nos lo proporcionan sendos relatos de conquista de los tiempos del emir Abderramán III en torno a los años 921-922, fecha en la que su ejército desalojó al clan de los Banu Muhallab de su castillo de Esparragal (en la crónica, Asbarragaira), en cuyo término estaba sin duda Zagrilla. El otro relato afirma con más precisión que tanto el castillo del Esparragal como otro denominado “al Sujairat”, en su término o jurisdicción, fue rendido, es decir, conquistado y destruido. Este último castillo y población se le ha querido identificar con Zuheros, en mi opinión, erróneamente, pues la distancia existente entre Esparragal y Zuheros y entre Esparragal y Zagrilla es notable. Creemos por ello que “al-Sujairat” no es Zuheros. Hay que añadir que “al-sjairat” es un diminutivo de al-sajr, de la que deriva la voz Zagra. El fonema “al-sujairat” o “al-sjairat” se castellanizaría o romancearía más adelante transformándose en la palabra Zagrilla (en su primer significado, como pequeño lugar pedregoso o rocoso). Con esta interpretación filológica, más que histórica, avanzamos en la significación o etimología del término. Pero no es conclusiva.
No siendo pacífica la cuestión nos vemos obligados a abordar la tesis de su segundo significado. La palabra árabe “al-sajr” tiene también otro significado. El primero de ellos, como hemos apuntado, es empleado de un modo muy generalista. Por estar situados los castillos, torres o atalayas que llevan este nombre en lugares escarpados, elevados o rocosos, se identifican comúnmente como lugares pedregosos. Pero las crónicas musulmanas van más allá de lo puramente descriptivo, para ahondar o referirse con mayor exactitud a asuntos de mayor entidad, como los políticos o territoriales. Y en este sentido la voz árabe “sjairat” tiene otro significado y es el de lugar (castillo, torre o asentamiento) de frontera. Zagra y Zagrilla, como voces romanceadas, además de terrenos pedregosos o abruptos, significan lugar fronterizo. No sabemos el papel que desempeñara el río Zagrilla en este episodio, pero intuimos que los ríos son por lo general logística de fronteras, y en cuanto tal, es decir como elemento natural, potenciará el elemento urbano con su correspondiente estructura defensiva. La frontera la marca primero el poderío califal frente a los muladíes disidentes y rebeldes musulmanes, que terminan siendo neutralizados o exterminados. Zagrilla, por tanto, se sitúa en la frontera omeya cordobesa frente al poderío hafsuni (de Umar Ibn Hafsun) entre los años 880 y 929. Cuando en este año Abderramán III se proclama califa, dando fin a la fitna o guerra civil, desaparece la frontera, pero ésta nuevamente está viva cuando su sucesor al-Haken II en el año 974 recibe en audiencia al yund de Damasco compuesto por gente de la cora de Elvira y de sus distritos entre los cuales se incluye Priego (Medina Baguh).
En resumidas cuentas, llegamos a la conclusión de que Zagrilla tiene éste y no el otro significado: lugar fronterizo muladí (integrado por población muy diversa: indígenas visigodos, bereberes, y árabes sirios) desde la invasión islámica hasta finales del siglo IX. Posteriormente, lugar fronterizo omeya durante los años finiseculares del siglo IX y gran parte del siglo X, que pasa a finales del siglo X a depender de la cora de Elvira. Más adelante lugar fronterizo de la cora de Elvira y del reino nazarita hasta que en 1341 conquista este territorio Alfonso XI. A partir de este reinado y bajo dominio cristiano será lugar fronterizo de la Corona de Castilla y afianzada permaneció con este carácter así durante dos siglos. Su comportamiento como “frontera caliente”, se debió a la zozobra en la que vivió la zona durante siglo y medio hasta la conquista de Granada en 1492. Su estructura militar se configuró con una serie de ciudades fortificadas en la que mantenía la caballería de intervención urgente. Coronaban las cumbres atalayas y castillos que se encargaban de detener a la caballería. El frente de Alcalá la Real y Priego, que describe el Libro de la Montería, ocupaba una extensión de 75-80 kms., unas 15 leguas castellanas, que en su sección oriental tenía 8 leguas de anchura y dominaba los terrenos de Priego y Locubín hasta la linde con Jaén (capítulo XXVI). En este frente aparece como elemento guerrero el almogávar, soldado que vivía en el campo y se empleaba en hacer entradas y salidas en la tierra de los enemigos de las cresterías subbéticas en las que se asentaba la población musulmana de Montefrío y tierras limítrofes a Algarinejo, a 13 kilómetros de Priego. Precisamente en esta zona se ubica un paraje que lleva el nombre de Los Almogávares.
En cuanto a sus pobladores también las crónicas nos proporcionan datos y nombres. Después de la conquista a finales del siglo IX de Priego, castillo y ciudad gobernada por los Banu Mastana y su allegado Umar ibn Hafsun, grupos bereberes y árabes ocuparon estos enclaves, y las crónicas citan a los Banu Said, Banu Muhallab y Banu Himsi, estos, por cierto, los señores del lugar de al-Sujairat, haciéndola depender de la cora (provincia de Elvira=Granada) desaparecido ya el predominio califal de la cora de Priego. Una necrópolis localizada en la propia aldea de Zagrilla la Alta confirma el asentamiento califal y posteriormente granadino o nazarí y cristiano-medieval. (La actual aldea de Zagrilla la Baja tiene su origen moderno en el siglo XIX).
Las Zagras hispánicas, sus homólogas, y la Zagrilla cordobesa y prieguense
Dejando aparte el gentilicio y su aplicación volvemos a centrarnos de nuevo en el topónimo “Zagrilla” y su alcance, derivado de la voz Zagra más extendida y generalizada. Quizás por lo andaluza cabe citar en primer lugar a la villa granadina de Zagra, con este significado de frontera. Zagra se constituye en un bastión de defensa del reino nazarí de Granada, en el límite justo de la tierra castellana de Priego. Situada sobre una peña, transmite muy bien el paisaje subbético de la frontera nazarí, donde se aprovechan enclaves rocosos. En el libro Crónicas de los reyes de Castilla desde don Alfonso el sabio, hasta los católicos don Fernando y doña Isabel, publicado por Cayetano Rosell en 1878, se dice. “…e fuimos a otro logar muy fuerte que decían Sagra e ficimoslo combatir, e los nuestros entraron el logar todo por fuerza e quemaron la puerta del castillo, e los moros con el afincamiento en que se vieron, entregaronnoslo…” […] “…Otrosi en el lugar de Sagra que el Rey entonces ganara dexó un escudero que decían Ferrand Delgadillo, e desó con él omes de pie, e Ballesteros de concejos: e los moros dende a pocos días llegaron e combatieron el logar de Sagra e hicieron portillos, en guisa que Ferrand Delgadillo, Alcayde, ovo de facer sus pleitesías desque vió que el logar se entraba, e pusieronle en salvo en Priego, que era de Cristianos, e él vino para el Rey a Alcabdete, que aún esta ay, e el Rey luego le mandó matar…”.
El episodio es muy ilustrativo por cuanto la localidad se sitúa en el camino de Loja- entre esta ciudad y Algarinejo- lindante con Priego. Zagra era musulmana y Priego cristiana y lo es más porque al ser un enclave militar le incumbe a un alcaide o escudero su defensa. Entre ambas guarniciones militares estaba la frontera, por tanto. Con esta misma funcionalidad defensiva y fronteriza cabe cita la villa de Azagra en el reino de Navarra, que los etimologistas hacen derivar de a-sajra (La Peña) en la frontera del Ebro junto a San-Adrián, Andosilla, Carcar, Calahorra, Alfaro y Tudela en ambas orillas del río de este nombre. Pero lo que nos llama la atención es la presencia en la Zagra granadina de un escudero o alcaide, como lo tuvo Zagrilla, y del que se sabe ciertamente su nombre en el primer tercio del siglo XV.
Además de la Zafra granadina, el término se corresponde con otras localidades de la geografía península. Así A. M. Cantó lo vincula con la Zafra de Badajoz, y otras pertenecientes a las provincias de Cuenca (Zafra del Záncara), Alicante (La Zafra en Monóvar, el caserío La Zafra cerca de Villena) y Cádiz (Zaframagón). También el vocablo trasciende los límites geográficos castellanos y se adentra en Protugal, en donde se sitúa la Serra de Safra, próxima a Leiría. Hay asimismo otras concomitancias con lugares de próxima etimología, como Zafara de Sayago en Zamora, Zahara de la Sierra y Zahara de los Atunes, o Grazalema (aféresis de Zagrazalema). Ver por todos el magnífico trabajo de J. M. Baeza, “Los nombres de lugar españoles de origen árabe”, quien dice: «todas ellas de la raíz sajra, con el sentido de peña fortificada», pero también con el de frontera militar entre reinos o poderes centralizados.
El gentilicio ¿zagrillero, zagrilleño o zagrillense?
Jiménez Montes ha identificado en su libro “La Granada islámica” 303 voces de origen musulmán, y entre ellas ha incluido la de Zagra con el significado de “frontera” y con su gentilicio “zagreño” para identificar a los naturales u oriundos de esta población, del poniente norte granadino a unos 60 kilómetros de la capital. Obviamente no ha incluido Zagrilla, porque administrativamente esta aldea pertenece a la provincia de Córdoba. Pero su estudio nos induce a poder denominar también a los naturales de Zagrilla como zagreños, o mejor “zagrilleños”, si bien la costumbre popular persevera en llamar a los nacidos en este lugar con el nombre de “zagrilleros”.
Con mayor énfasis filológico también lo trae a colación Antonio Alcalá Venceslada que recoge el gentilicio con una frase o locución: “Un zagrillero vino a Priego a dar la noticia”.
Nada obsta, sin embargo, a que también podría llamarse a los naturales de la Zagrilla prieguense, además de con el nombre de zagrillero, o zagrilleño, con el gentilicio zagrillense y sus correspondientes femeninos zagrillera y zagrilleña.
Quede aquí esbozado este estudio del significado del nombre de Zagrilla, sus homólogos hispánicos y sus gentilicios.
Sería de interés, apuntamos, poderse hermanar al menos la Zagrilla prieguense con la Zagra granadina. No en vano ambas poblaciones durante siglos desempeñaron una importante misión militar y fronteriza, la primera en territorio cristiano, y la segunda en el musulmán.
*Boletín Informativo de la Asociación de Amigos de Priego de Córdoba, 2015, nº 17, págs. 2-4 (ISSN 1889-6014).