POR MANUEL GARCÍA CIENFUEGOS, CRONISTA OFICIAL DE MONTIJO Y LOBÓN (BADAJOZ)
Sus caridades han vuelto a sorprendernos, desde el secreto oculto que reside tras el viejo torno, con un nuevo producto que se suma a un extenso catálogo que moldean con arte y oficio las expertas manos dulceras de sor Dolores y sor Magdalena, ayudadas por el resto de las hermanas, bajo el atento gobierno de madre Inmaculada de la Cruz, su abadesa. Digo que al degustar el dulce de membrillo se consigue indulgencias para abrir los cielos y entrar en el paraíso de los mejores sabores. ¿El secreto? Ingredientes de primera calidad, sabias combinaciones de membrillo, agua, azúcar y mucha dosis de paciencia en el lento proceso de su elaboración. Así, la carne de membrillo hervida y mezclada con azúcar resulta un verdadero paraíso para el paladar. Es, ya del todo, otoño en Montijo.