POR JUAN FRANCISCO RIVERO DOMÍNGUEZ, CRONISTA OFICIAL DE HINOJAL (CÁCERES).
Hasta siete cruces de la villa de Las Brozas estudian dos entendidos en estos temas, cronistas oficiales de Trujillo y de Casas de Don Antonio y que han visto su obra publicada por la editora Regional extremeña. Se trata del José Antonio Ramos y Óscar San Macario que han visto publicado su libro “Cruceros y cruces de término de la provincia de Cáceres”.
Vayamos por partes. La filosofía para estudiar y dar a la luz estos monumentos la explican los propios autores en unas declaraciones a la revista “Grada”: “Se trata de verdaderas reliquias ubicadas en las entradas de los municipios, en los cementerios o en las cercanías de ermitas e iglesias parroquiales como muestra de piedad cristiana. Muchas de ellas muestran una maestral decoración escultórica. El libro analiza los antecedentes de las cruces de término y los cruceros. Hitos que representan un importante legado patrimonial y una seña de su cultura y sus costumbres”.
En el caso concreto de nuestra villa, Ramos y San Macario indican que son frecuentes las cruces en las bifurcaciones próximas a las poblaciones, que eran aprovechadas para encomendarse al iniciar el camino o para dar gracias al finalizar el trayecto. Del acto de arrodillarse o humillarse ante la cruz deriva el vocablo humilladero con el que se designan las cruces y el entorno en que se levantan. Unas veces fueron los concejos quienes costearon la erección de cruces, pero por lo general fueron los particulares o las cofradías locales quienes acudieron a levantarlas como una obra más de misericordia.
En total estudian siete, que son: Los dos que se hallan en la iglesia parroquial de Santa María la Mayor, la “catedralina”; la cruz de la ermita de los santos Abdón y Senén, en el Paseo de los Santos; el crucero del cementerio, el de la ermita de la Soledad, el del camino de los Charros, la Cruz del Señor y el de Santa Lucía.
Los del templo de Santa María los autores tuvieron mucha información de don Gregorio Carrasco Montero, que fuera párroco de Brozas durante 33 años, terminando como canónigo en la iglesia concatedral de Santa María de Cáceres y conocía muy bien la situación de los monumentos de la localidad, especialmente los religiosos. Ambos cruceros fueron trasladados desde las cercanías de la ermita de San Antón, Patrón de la villa de Las Brozas.
Del crucero del Paseo de los Santos, ambos investigadores indican que sobre dos gradas cuadrangulares se alza una columna sobre base cúbica, lisa y monolítica de cantería. No se conserva ni capitel ni la cruz, se ha colocado absurdamente encima de la columna un farol moderno que rompe con la antigüedad del conjunto pétreo de la cruz”.
El del cementerio fue trasladado desde las cercanías de la ermita de San Juan, el edificio religioso más antiguo de la villa, y que desde hace años espera su restauración, una vez que se sacaran los restos humanos, pues más que una ermita era, últimamente, una dependencia del cementerio municipal.
En las afueras de la población, al oeste, en la carretera de Herreruela, está la ermita de la Soledad, con un precioso crucero: Obra del siglo XVI. En el lado este de la misma se alza un magnífico crucero sobre cinco gradas cuadrangulares, haciendo constar en uno de los peldaños una inscripción: “LA VERA CRVZ”.
El Crucero en el camino de los Charros, que fue muy transitado entre los siglos XVII-XIX el camino o vereda que iba desde 90 Malpartida de Cáceres y Arroyo de la Luz por Brozas y el Camino de los Charros para llevar en carros o carretas la lana de los lavaderos de Malpartida y Arroyo de la Luz hasta la Sierra de la Estrella, concretamente hasta Covilhá, en Portugal.
La denominada Cruz el señor, está en la carretera que va a Aliseda, junto a una cerca, un símbolo de la fe cristiana de la población a la que se llega y bendicen a los que la abandonan protegiéndolos en su camino o en sus faenas. Son también marco de rogativas y ceremonias dentro del ciclo litúrgico. Y está realizado en la primera del siglo XX.
Por último, el crucero de Santa Lucía, en la barriada del mismo nombre, tiene una cruz que se considera que no es de este monumento, sino traída de otro. La cruz presenta una inscripción con las letras: “F. B”, obra presumiblemente del siglo XVII.
José Antonio Ramos es doctor en Historia, en la especialidad de Historia del Arte, por la Universidad de Extremadura, y es el cronista oficial de Trujillo desde 1993. Por su parte, Óscar de San Macario es diplomado en Ciencias Empresariales y el cronista oficial de Casas de Don Antonio.
FUENTE: CRONISTA