POR APULEYO SOTO, CRONISTA OFICIAL DE BRAOJOS DE LA SIERRA Y LA ACEBEDA (MADRID)
Algunos días son más largos, granados y grandes que los otros, aunque el reloj marque las horas con idéntica insistencia impertinente.
Algunos días parecen muertos desde el principio de los tiempos y se van de vacío sin nada que ahorrar en sus alcándaras de barro, pero otros a continuación se llenan de actuaciones y prospectivas para el futuro inmediato o lontano.
Algunos días menguan como la espuma de los mares corredizos, por razones de calendario restrictivo en vistas a la luz eléctrica más barata o menos usada, y otros se extienden una o dos horas sobre el caminar circular del sol, astro rey que todo lo redime, recobra y redobla.
Algunos días no tenemos apenas qué hacer sino cruzarnos de brazos a la espera de algo solvente que nos resuelva la existencia, y sin embargo es cuando más necesitados nos hallamos profundizando en la volatividad y volubilidad de la vida. Vivir para ver, pensar, hacer y sentir.
Hoy es uno de esos días germinales en los que me encuentro reconfortado por haber alumbrado estos pequeños pensamientos que proyectan optimismo ante el caos consuetudinario de la rúa machadiana en su andante humanidad desorientada.
Otro día hablaremos y cambiaremos opciones y opiniones, caro lector, sobre si “Podemos” puede atrasar o adelantar la evolución de la española tan manola sociedad en suciedad. ¡Mariano, óyenos!