POR MANUEL LÓPEZ FERNÁNDEZ, CRONISTA OFICIAL DE VILLANUEVA DEL ARZOBISPO (JAÉN)
Es en el Archivo Municipal, en las actas de los plenos, en donde encontramos algunas notas sobre la celebración de nuestras fiestas.
Las actas conservadas se inician en el año 1880, siendo Alcalde D. Felipe Bueno Crespo.
Los días festivos suelen ser 29 y 30 de septiembre y 1,2 y 3 de octubre, por lo que algunos años son cinco los espectáculos taurinos celebrados; en varias ocasiones se nombra la Plaza Mayor como lugar de las corridas de novillos y se solicita la presencias de tres o cuatro parejas de la Guardia Civil, para que en unión de los destinados en Villanueva, vigilen el orden público. Lo que nos indica la llegada importante de vecinos de otras localidades limítrofes para asistir a los espectáculos celebrados.
En algún periodo, no se recoge en las actas de plenos, ningún dato referido a la celebración de las fiestas, tal vez por escasez de fondos, por circunstancias adversas, como alguna epidemia, problemas a nivel municipal o nacional, por el cambio de corporación en ese periodo o la preocupación y gestiones para la división de la Sierra de las Villas.
En el año 1884 aparece por vez primera un texto alusivo:
“Que siendo una costumbre inmemorial en esta villa celebrar una fiesta solemne por este Ayuntamiento a la Virgen de la Fuensanta, el día 29 de septiembre y a la vez tener algunas corridas de vacas, para las fiestas que se hacen en dichos días.”
Que se encargue el Sermón a D. Francisco Moya Ramírez. Que se encarguen los fuegos que se han de quemar en la noche del día 29 al pirotécnico D. José Díaz, se ajusten tres corridas de vacas y se pida permiso al Gobernador”.
En 1885 se aplazan las fiestas. “Atendiendo que algunas poblaciones inmediatas a esta están invadidas del cólera morbo asiático y en otras como Villacarrillo e Iznatoraf hace muy poco tiempo que los partes oficiales no acusan defunciones ni invasiones, pareció prudente suspender el día que se ha de celebrar y se celebre el 25 de octubre. Que se remitan oficios a los Sres. alcaldes de los pueblos limítrofes y los de la Sierra de Segura”.
En 1894 se decide cambiar la fecha de celebración de las fiestas, tal vez se deba a las cuestiones metereológicas, que lloviese a finales de septiembre, o la coincidencia con las ferias de Úbeda: “Ver la manera de proteger los intereses de esta localidad pasando la feria a los días 10,11, y 12 de septiembre”.
El cambio no debió satisfacer a nadie, y el año siguiente en sesión de pleno indican : “Se convenció el Ayuntamiento que ningún beneficio recabó el ayuntamiento con el cambio de fechas de la feria y en lo sucesivo se verifique los días 25, 26, y 27, que es la época conocida”. Parece que el cambio solamente afectaría a la feria conocida como asistencia para la venta e intercambio de animales de labor o domésticos y enseres.
En 1895 la comisión está formada por el Alcalde Víctor Bedmar Lombardo, Pedro Bueno, Andrés Sánchez Muñoz, Esteban Bueno Romero y Martín Fernández Ortega.
Subastan las corridas de vacas que celebran en la Plaza Mayor los días 30 de septiembre, 1 y 2 de octubre.
Nombran a D. Leandro Bago Bueno, para que ocupe la Cátedra de la Verdad.
Contratan a la Banda de Música de Baeza para que actúe en nuestra localidad, durante las fiestas.
Aprueban cobrar a los feriantes, una peseta por vara de frente en las casetas construidas y setenta y cinco céntimos por puestos sin caseta, en los sitios ocupados alrededor del Santuario. Ya en la villa se cobra por todos los conceptos 4 pesetas por la vara de frente y pasados los ocho primeros días una peseta diaria por cada caseta. (Este dato nos permite deducir la larga estancia de las casetas de feria en nuestra localidad).
Una vez transcurridos los festejos se presentó una liquidación clara y detallada de las cantidades recaudadas por la espontánea y generosa voluntad de los comerciantes e industriales para ayudar a sufragar los festejos. Se consigna un voto de gracia al Alcalde y comisión por el buen gusto en la organización de los mismos.
En 1896 se nombra a D. José Mª Jorquera Crespo para la cátedra sagrada. Al final de las celebraciones existe desacuerdo entre la empresa que celebra los festejos taurinos y la Corporación, indicando que el empresario, Antonio Mora Avilés, no ha cumplido las condiciones conforme se anunciaba en los programas de festejos. El empresario, indica que no se han dado dos corridas, sino que han sido tres.
La comisión de fiestas en 1897 está formada por Esteban Marín Bueno, Ildefonso Bueno Marín. Predica en la Cátedra de la Verdad, el Padre Manuel de la Orden trinitaria.
En 1898 se celebran cuatro corridas de vacas con dos toros de muerte en la Plaza Mayor. Luis Villacañas e Hijos preparan los fuegos artificiales que se queman la noche de San Miguel, y de la casa de Francisco Ferrer se adquieren los globos necesarios para elevarse esos días.
Para finalizar el siglo XIX, continúan los espectáculos taurinos, encargan el Sermón “al digno párroco de Jesús del Monte” y destinan 50 pesetas para iluminar el interior del santuario, en la noche del 28 de septiembre.