POR JOSÉ ANTONIO FIDALGO SÁNCHEZ, CRONISTA OFICIAL DE COLUNGA (ASTURIAS)
Cuenta la tradición que la «cueva de Pelayo», allí donde empezó la Reconquista de España en el siglo VIII, ya tenía advocación mariana -Cova Dominica o Cueva de la Señora- merced a la devoción que un ermitaño, morador de esas montañas astures, prestaba a una imagen de María, tallada por Nicodemo y traía a España por el propio Apóstol Santiago.
¿Cómo era esa imagen, si es que existió?
No lo sabemos.
De lo que sí hay constancia es del testimonio que nos brinda Ambrosio de Morales en 1572 cuando visitó la Santa Cueva de Covadonga: «En el altar esta una imagen de Nuestra Señora de OBRA NUEVA bien hecha».
Sabemos también que una copia de esa imagen , a la que se le dio el nombre de VIRGEN DE LAS BATALLAS, fue llevada a la iglesia de Cillaperlata, en la diócesis de Burgos , por frailes agustinos donde aún se venera.
La primitiva y auténtica imagen de la Santina se destruyó cuando el incendio de 1777 en la Santa Cueva.
En julio de l778 el Cabildo de la Catedral de Oviedo donó a Covadonga una imagen que el obispo Bernardo Caballero de Paredes veneraba con especial devoción en un altar antesala de la Cámara Santa.
Esa imagen, tras sucesivos avatares acaecidos durante la guerra civil de 1936-39 («desaparición», «exilio-ocultación en Francia», «retorno a España en 6 de julio de 1939»), es la que actualmente se venera en la Santa Cueva.
A decir toda la verdad hemos de aclarar que la auténtica imagen en madera se conserva en el Museo de Covadonga; la de la Cueva es una copia en resina poliéster de la original. Si evita así el deterioro de aquella debido a la humedad y al ataque de parásitos.
Mañana, día 8 de septiembre, Asturias festeja a su Patrona cuya imagen viajó desde Covadonga a Burgos, de Covadonga a Francia… y sigue entre nosotros para darnos su protección.
En las fotos, las dos imágenes de la Santina.