POR MANUEL GARCÍA CIENFUEGOS, CRONISTA OFICIAL DE MONTIJO Y LOBÓN (BADAJOZ)
Hoy, 10 de agosto, se celebra la festividad de San Lorenzo. Felicidades a mis amigos que así se llaman. Tras un tiempo recibido, el solano que no tiene misericordia gana, una vez más, la batalla. Se espera un miércoles muy caluroso. Entre San Lorenzo y la Asunción de la Virgen suelen ser días previstos como los que más gatean la barra del termómetro del año, dicho sea en honor de aquel santo que murió en la parrilla. El refranero popular así lo canta: “Por San Lorenzo, calor muy intenso”. ¿Quién dijo que en agosto no haría calor?
Cuando llegue la noche los andamios de las estrellas derramarán una lluvia, una bella sinfonía de meteoros, “Las Perséidas”, de las que conservo un relato imborrable que me contaba mi madre en voz baja: “Son las lágrimas que vertió San Lorenzo cuando fue quemado en la hoguera, sobre una parrilla”. Su voz y la oscuridad del patio me metieron, en aquel instante, más miedo que si llegara el tío Sacamantecas. Parecía que mi carne se derretía en la tremenda y terrorífica barbacoa de San Lorenzo, agujerada y traspasada por los tenedores de sus verdugos en el oficio de vuelta y vuelta. A su vez, los oídos se llenaban de los alaridos de quien sufría tan terrible suplicio. A aquella historia se unían otras que hacía unos días me había contado de platillos volantes, extraterrestres, ovnis y voces extrañas ¡Vaya una nochecita de agosto!
Después supe que eran las Perséidas, lluvia de meteoros en la constelación de Perseo, cuyo responsable directo es el cometa 109P/Swift-Tuttle, descubierto el 19 de julio de 1862. Durante años hemos ejercido, junto a familia y amigos el rito al culto de salir de casa bajo la excusa de ver las Lágrimas de San Lorenzo. Y tras larga espera, ¡Oh, desilusión! ni lágrimas, ni llantos, ni estrellas, ni San Lorenzo, ni nada; sólo la altivez de unas cardonchas. Pero sí el consuelo de una cena, una nevera y una tumbona, motivo real de aquella ceremonia de una noche en la que íbamos a ver llorar a las estrellas.