POR BIZÉN D´O RÍO MARTÍNEZ, CRONISTA OFICIAL DE LA COMARCA DE LA HOYA (HUESCA)
En cuanto a las mujeres toreras, se tienen noticias que en Castilla con fecha 25 de junio de 1854 se dieron Reales Disposiciones acerca del toreo a pie efectuado por “La Labradora” que parece ser fue la primera mujer-torera, porque las había aficionadas a las faenas camperas de encierros y tientas, pero la primera que aparece en el escalafón taurino como profesional fue Nicolasa Escamilla “La Pajuelera”, retratada por Goya en uno de sus aguafuertes.
En cuanto a las mujeres toreras, se tienen noticias que en Castilla con fecha 25 de junio de 1854 se dieron Reales Disposiciones acerca del toreo a pie efectuado por “La Labradora” que parece ser fue la primera mujer-torera, porque las había aficionadas a las faenas camperas de encierros y tientas, pero la primera que aparece en el escalafón taurino como profesional fue Nicolasa Escamilla “La Pajuelera”, retratada por Goya en uno de sus aguafuertes.
Sus primeros percances o revolcones del toro, las dejaban medio desnudas ante el público, siendo ésta una de las causas de su desaparición de los ruedos por orden gubernativa y no por culpa de ellas, sí en 1908, Don Juan de la Cierva suprimía a rajatabla la actuación de las toreras, cierto es, que María Salomé “La Reverte”, interpuso un recurso contra la prohibición, pero no obtuvo respuesta alguna y siguió actuando pero como Agustín Rodríguez.
En la plaza de La Misericordia de Zaragoza, una muchacha se tiraba al ruedo en una corrida de novillos como un espontáneo cualquiera, y daba unos lances al bicho ceñidos y valientes, esto provocaba que se volviera a hablar de la mujer en el ruedo, y no es de extrañar que la revista “El Toreo” dijera de ellas: “Por las noticias que habíamos recibido de diferentes puntos en que habían toreado, creímos que su trabajo no había de resultar. Pero no ha sucedido así.
Torean sabiendo lo que llevan entre manos, y son valientes” y en sus páginas de Información Taurina las anuncia en Barbastro a primeros de septiembre. Sí, porque son muchas las plazas que desean tenerlas en cartel y no en vano, la ciudad de Barbastro en fiestas atrae a numerosos altoaragoneses de las comarcas limítrofes y franja oriental, y como no, entre ellos, los aficionados taurinos.
Las Señoritas toreras lidian novillos del duque de Veragüa y hacen las delicias de los aficionados, como de todos aquellos convecinos que recordarán durante años en sus tertulias: “aquellos días que fuimos a Barbastro a ver a las Señoritas Toreras”, y la revista taurina “El Enano” escribía: “Con música y aplausos desfilan ellas, Visten las chicas trajes de ceremonia con fantasías”.