POR PATRICIO MARÍN ANIORTE, CRONISTA OFICIAL DE COX (ALICANTE)
La política aplicada para hacer más llevadera la situación de los reclusos, es muy reciente en el tiempo. En el pasado, la estancia en las cárceles se caracterizaba por la total falta de respeto y consideración a los confinados en sus muros. El encierro de los reos se aplicaba con carácter preventivo, para luego someterles a todo tipo de torturas o a la muerte en plazas o lugares públicos.
Las penas impuestas no guardaban proporción con el delito cometido, pues una pequeña falta era castigada con sumo rigor. Victor Hugo, en su novela Los Miserables, encarna al personaje Jean Valjean, que por robar una hogaza de pan le penalizaron con cinco años de prisión.
En la Edad Media, se castigaba a los delincuentes con extrema crueldad [1] . Los más usados: la rueda, el aceite hirviendo, maceramiento, desmembramiento por rueda o con caballos, el ahogamiento, la galera, la muerte por saeta o por fuego. Más adelante, el carácter preventivo de las prisiones fue disminuyendo para prolongar su duración. A partir del siglo XVIII, la sociedad comenzó a tener conciencia de las deplorables condiciones de los presos.
Con precedentes anteriores, en España, dicha iniciativa fue tomada entre otros, por la escritora Concepción Arenal [2] . Esta mujer se adelantó a su época para denunciar las infrahumanas situaciones de los reclusos. Abogó por los derechos de estos, especialmente de las mujeres. Fue la primera feminista de nuestro país, y dedicó gran parte de su vida a visitar cárceles, y escribió:
“Los presos ocupan lugares lóbregos, húmedos, reducidos, faltos en fin de todas condiciones higiénicas”
La cárcel de Cox
Cuando Montesinos escribió sobre Cox, en 1795, relataba que en nuestro castillo se encerraba a los reos de consideración y peligro. Ello implicaba funciones de prisión y no de palacete como recientemente se ha venido afirmando. Debemos de entender, que este autor, se refería a tiempos pasados, cuando en el Lugar no existía cárcel alguna. A este respecto contamos con documentación fehaciente sobre el encierro de Antonino Pacheco Balboa [3] cacique local, que fue confinado en el castillo en 1768. Las sucesivas ordenanzas promulgadas contra vagos, ociosos y mal entretenidos, dieron como resultado el apresamiento de numerosas personas. Extremadamente duras fueron las ordenanzas decretadas durante el reinado de Carlos III, en particular contra la etnia gitana. El rigor gubernamental se cebó contra esta minoría, a cuyos miembros se les sometía a trabajos forzados en las minas de Almadén y en el Arsenal de Cartagena. Las prisiones existentes no eran capaces de albergar tantos detenidos, y por ello se hizo necesario aumentar el número de cárceles. La mayoría de ellas quedaban incorporadas a los edificios de las casas consistoriales. Se levantaron nuevas prisiones, cuyo proyecto se llevó a cabo durante las tres últimas décadas del setecientos, y abarcó prácticamente todo el ámbito peninsular. Por esas fechas se decidió construir nuevo Ayuntamiento y cárcel de Cox. Este edificio se alzó en 1788, y vino a sustituir al viejo. Creemos que con esta construcción dejaría de utilizarse el castillo como prisión. Gobernaba los destinos de nuestro pueblo, Joaquín Melgarejo y Roxas, noble asentado en la Corte, como Mayordomo de Semana del Rey. Este aristócrata, se titulaba primer Marqués de Melgarejo, y a su costa y expensas se fabricó la Casa Ayuntamiento y Cárcel de Cox. Por esa razón, el Marqués cobraba al Consistorio el correspondiente alquiler, por la ocupación del inmueble y dependencias anexas. En su frontispicio se hallaba empotrada una placa de mármol con la siguiente inscripción:
-Cita textual-
“Se fabricó esta Casa de Ayuntamiento y Cárcel en este año de 1788, reynando el Sr. Dn. Carlos III, siendo Dueños Directos de este Lugar de Cox, Dn. Joaquín Melgarejo y Roxas del Orden de Calatrava, Mayordomo de Semana de su Mag. y Marqués de Melgarejo y Roxas; y la Iltre. Sra. Dña. Joaquina Saorín Ruíz Dábalos del propio título, y Dueña de dho.Lugar; habiéndose costeado toda la Fábrica a expensas de dhos. Sres. de Cox. Se colocó esta Piedra, día VI de Mayo”.
Se alzó este edificio en la calle de las Eras (hoy Vicente Aleixandre) esquina a la plaza de San Juán y Rodeo. El emplazamiento era muy concurrido, por los braceros de este Lugar que se concentraban allí en busca de un jornal [4] . A dicha concurrencia de gentes se sumaban los feligreses que acudían a la Iglesia Parroquial. Así mismo en dicho punto se hallaban: el horno de cocer pan, la carnicería, la abacería de comestibles (tienda) y la botica La mayoría de cárceles se levantaban en el centro de los pueblos, donde bullía el común de sus gentes, y ello, también dificultaba la fuga de los presos. Dicha Casa Consistorial se consideró en su día como una obra moderna respecto a la anterior, que ya contaba con dos siglos de andadura. De su cárcel no podemos decir lo mismo, pues era un lugar angosto, carente de luz y ventilación, donde los reos no disponían de cama, y otros servicios, ni siquiera del escusado [5] . La falta de higiene favorecía la aparición de epidemias, y así lo reflejaba un escrito de 1803. En el mismo consta que en la Cárcel de Cox se hallaban presos cuatro hombres, acusados de la muerte de Josefa Cerdán, vecina de La Granja de Rocamora. El crimen se cometió el 6 de julio de 1801, y el cuerpo de la victima fue hallado en término municipal de Cox [6] . Al cabo de dos años de reclusión de los presos en la cárcel local, se hizo patente el traslado de estos a las cárceles de Orihuela para mayor seguridad e higiene. El alcalde ordinario de Cox, Francisco Martínez Pelegrín, lo solicitaba al Gobernador de Orihuela, cuyo documento lo expresa así:
(A.H.O. F.M. D-20932 nº42/1)
-Trascripción literal-
“A consecuencia de una representación q. he dirigido ala Real Sala del Crimen deeste Reyno, para que se trasladen a esas Reales Cárseles, a Francº y Miguel Pérez Martinez, Josef Pareja y Thomás Rocamora, Reos que resultan delos Autos sobre el horendo homicidio ejecutado a Josefa Serdán…..por averse experimentado en término este Lugar, una quasi epidemia nasida delo angustiado de ellas, poca ventilación y abundancia de griegas, ha resuelto la Superioridad se trasladen a esas Reales Cárseles….para seguridad y custodia de los mensionados reos, estando como estoy pronto a satisfacer los alimentos de real y medio vellón por cada uno, como está mandado por dicha Real Sala. Dios guarde a V.S. muchos años. Cox Mayo 23 de 1803.
Por el Sr. Alcalde que no save escrivir, de su orden el escrivano originario, y su acompañado.
Juan López de Gálvez, Miguel Francia y Guillén (rubricados)
El gobernador de Orihuela, a la sazón, Juan de la Carte [7] , contestó accediendo a la solicitud, del siguiente tenor:
“Orihuela y Mayo 24 de 1803.
Cúmplase lo mandado por la Real Sala en su Decreto de 20 del corriente, inserto en el testimonio que acompaña, y esta Justicia de mi cuenta y riesgo, conduzca los presos que expresa a estas Reales Cárseles con la calidad de seguridad tan solamente, y dado facilitar por merecer anticipados los socorros a razón de real y medio de vellón por cada uno; de que así se le contexte.
Juan de la Carte (rubricado) Fuí presente
Antonio Esquer (rubricado)
La cárcel cojense, sirvió de reclusión de delincuentes a lo largo de su historia, aunque en la mayoría de casos revistieron carácter preventivo. Tras el reajuste territorial en provincias, en 1833, los convictos de delitos mayores eran confinados en la cárcel provincial de Alicante. Durante la Restauración Borbónica, y sobre todo en la Regencia de María Cristina, el ayuntamiento de Cox, se convirtió en un hervidero de intrigas políticas.
El triunfo electoral de un partido, fuese liberal o conservador, conllevaba el encierro de sus adversarios en la cárcel. La pugna entre los caciques locales derivaba en reyertas, y el resultado fue funesto en un pueblo de apenas 1.700 habitantes. Resultado de todo ello el asesinato del Juez Municipal José Pic Melero [8], en 1884, perpetrado por Joaquín Aguilar Pacheco, en la bajada del Portichuelo hacia Callosa. Cuatro años después, en 1888, en la vereda del Cabezo, Manuel Lucas Rocamora [9] , también perdió la vida, a manos de Joaquín San Jaime Expósito y José López Insa, sicarios contratados. El apresamiento de todos ellos hizo que inicialmente ingresaran en la cárcel local, para luego confinarlos en la cárcel provincial de Alicante.
En las primeras décadas del siglo XX, la cárcel de Cox apenas funcionó como tal, y solo se utilizó para encerrar en ella, una o dos noches a los alborotadores del orden público local. Los delitos mayores, que también los hubo, se dirimieron en otras instancias y cárceles superiores. Durante el periodo de la guerra civil de 1936-1939, el viejo edificio del ayuntamiento, quedó anulado como tal, y el consistorio se trasladó a la calle Núñez Quirós. Al término de la contienda, el Ayuntamiento se fijó en el ex-convento, que fue Colegio del Padre Antonio. Las celdas de estudiantes del referido Colegio, se utilizaron como cárceles. Llegó el día que el viejo inmueble (de Ayuntamiento y cárcel de la calle de las Eras) fue derribado. En su lugar se levantó un edificio que sirve para otros usos del municipio, y es una lástima que haya desaparecido la placa que señalaba la construcción del antiguo ayuntamiento. En este nuevo edificio se halla dispuesta otra placa de cerámica mirando a calle del Rodeo. En la misma, se recuerda que en esa cárcel se encontraba preso Manuel Aguilar Belmonte (a) “Merris” [10] el cual tras provocar un incendio, escapó y se alistó en la Legión. En opinión de algunos vecinos del pueblo [11] , lo esculpido en dicha lápida no se ajusta a la realidad, toda vez que este hombre no estuvo confinado en la dicha cárcel. Por tanto, procede retirar dicha inscripción, por que si no se retira se difama el honor de esta persona. También incurre en error otra placa que rememora la construcción del desaparecido ayuntamiento, pues consigna el año 1778, y debe reseñar 1788.
[1] FAUSTINO GUDÍN RODRIGUEZ-MAGARIÑOS-Introducción Historia de las prisiones-Los primitivos establecimientos penitenciarios, pág.4.
[2] CONCEPCION ARENAL PONTE, nacida en Ferrol el 31 de enero de 1820, hija de un militar liberal a la política absolutista de Fernando VII. Escritora célebre que luchó por los derechos de la mujer. Falleció en Vigo el 4 de febrero de 1893.
[3] Antonino Pacheco Balboa (Cox 1697-1781) Fue arrendatario de los derechos señoriales del Lugar, y con ello se enriqueció. Fue confinado en el castillo de Cox en 1768, por no obedecer a la justicia. Hombre fuerte de los destinos de Cox, se lamentó de su prisión con estas palabras: “Puestome preso en este castillo, y fortaleza, parece q. más se ha aspirado al ultraje de mi persona, atendidas mis notorias qualidades de la mayor distinción en este Pueblo; y sin consideración a mi edad, más q. septuagenaria, q. al cumplimiento de la restitución de autos”
[4] La plaza de San Juan fue el punto neurálgico de Cox durante siglos. La Iglesia parroquial en honor de San Juan Bautista preside dicha plaza, y ocupa el solar de otras iglesias y primitiva mezquita. Como plaza mayor del Lugar, desde el siglo XV al XVIII fue escenario donde se efectuaban los pregones públicos y bandos en general, en presencia de muchas personas. Con la expansión urbanística del pueblo hacia el secano surgieron otras calles, quedando desplazada la plaza de San Juan en favor del punto conocido como: “Las Cuatro Esquinas”. En la actualidad este sitio también ha quedado obsoleto en favor de la Glorieta del Carmen.
[5] Esta cárcel que conocimos los que hoy peinamos canas, disponía de una ventana fuertemente enrejada mirando a la calle de Las Eras. Desde la misma se podía ver los calabozos existentes, ciertamente lóbregos.
[6] El documento no especifica los pormenores y detalles del crimen, pues solo consta que la víctima fue encontrada en término de Cox. Por tanto tampoco nos desvela la naturaleza y procedencia de los encarcelados, que por sus apellidos, podemos colegir que eran vecinos de La Granja.
[7] JUAN DE LA CARTE THIBAULT, gobernador militar de Orihuela desde 1789, era brigadier de los Reales Ejércitos. En 1808 todavía ostentaba dicho cargo, y aunque de origen francés, se aprestó a la defensa de la ciudad de Orihuela contra las tropas napoleónicas.
[8] José Pic Melero, nació en Cox en 1844. Su padre, José Pic Pastor, era oriundo de Ollería (Valencia) y de profesión barbero y sangrador. Su hijo continuó con el oficio, y también se dedicó a la industria de la alpargata, disponiendo de un taller en Callosa de Segura. Fue juez municipal de Cox, y el día 27 de junio de 1884, caminando para Callosa a “Dar guita” fue asesinado en la cuesta del Portichuelo. Su asesino, Joaquín Aguilar Pacheco, según reza el proceso que se le siguió, también era vecino de Cox. El crimen revistió carácter político, toda vez que la facción contraria a la familia Pic, fue responsable del mismo.
[9] Manuel Lucas Rocamora, era un rico terrateniente de Cox, que sucesivamente fue alcalde, concejal y juez. Al cesar de este último cargo, consiguió que su hermano lo continuara, y así estaba designado su nombramiento. El alcalde de Cox, José Mateo Hernández, se personó en Alicante y obtuvo la revocación de dicho nombramiento. A partir de ahí las rencillas entre el alcalde y los Lucas no cesaron. Finalmente, el día 12 de febrero de 1888, Manuel Lucas Rocamora, perdió la vida en la vereda del Cabezo, a manos de dos desconocidos. Según la versión popular, se asegura que los dos sicarios se prestaron para cometer el crimen por “Treinta duros y una cena de camarrojas”. La Justicia actuó contra estos sujetos, y también con los alguaciles del pueblo: José Gambín Sánchez y Manuel Navarrete Grau, como inductores. El fallo del Tribunal fue contundente, condenando a los cuatro a la pena de muerte. La fuga de la cárcel provincial de tres de los reos, solo dejó a uno de ellos para aplicarle la pena capital. La ejecución tuvo lugar en las afueras de Cox, el 23 de febrero de 1889, paraje de “La Tejera”, hoy calle Gabriel Miró. El reo se llamaba Joaquín San Jaime Expósito (a) Noy, joven de 19 años, que fue ejecutado por el sistema de garrote vil.
[10] Manuel Aguilar Pacheco, más conocido como “Merris” nació en Cox el 17 de Agosto de 1927. Hijo de Manuel y Carmen, se alistó en la Legión, llegando al grado de teniente, y en varias ocasiones alumbraba en la procesión de la Virgen del Carmen, en compañía de las autoridades locales. Falleció en Valencia, en 1998, a la edad de 71 años.
[11] José Pérez Pámies (a) “Pepe Bolé” amigo de Manuel Aguilar Belmonte, asegura que en dicho relato existe una lamentable confusión. Según su versión, esto ocurrió con su padre, Manuel Aguilar Miralles, buen hombre, que en los años cuarenta del siglo pasado, debido a su extrema pobreza se hallaba hambriento, y su falta de nutrición le hizo peder la razón. Para evitar que cometiera algun acto violento, y por su propia seguridad lo encerraron.