JOSÉ MANUEL JEREZ LINDE, CRONISTA OFICIAL DE LA E.L.M. DE GUADAJIRA (BADAJOZ).
A los pies de la sierra de Arroyo de San Serván, a poco más de 17 km de la ciudad de Mérida (Badajoz), se localiza la conocida como ermita franciscana de “La Encarnación” cerca de la población. Mandada a construir por Fr. Juan de la Puebla, en torno al s. XV, fue costeada con las limosnas aportadas por los propios vecinos. Existe no obstante una segunda remodelación que atañe especialmente a la decoración de su interior. La remozada ermita presenta ahora una profusa decoración propia del barroco tardío (inicios del s. XVIII) en la que destacan plumajes, volutas y motivos florales, con una gama de colores ciertamente llamativos y que abarca el rojo vinoso de las metopas, el azul turquesa o los ocres de las molduras.
Sus desvencijados paredones se afianzan en el paisaje pese al desplome de la bóveda ocurrido en 1927. De planta rectangular conserva aún uno de los muros de la derruida sacristía adosada. Al exterior de esta pared, a la sombra de acebuches y el lentisco, se disponen cuadros, repisas con velas consumidas y numerosos ramos de flores descoloridas del sol y la lluvia. Estampas de Fray Leopoldo de Alpandeire, Sta. Teresa de Jesús que se alternan con algunos crucifijos. Toda una serie de ofrendas que han sido traídas hasta el lugar, en el que además, resulta especialmente llamativa la presencia de bancos y sillas, quizá para dar descanso a los vecinos que suben desde el pueblo hasta La Encarnación seguramente para orar. Muros que atesoran antiguas letanías y súplicas y que ahora son dominio de salamandras y mirlos.
Fuente: J.M.J.L.