POR ANTONIO BOTÍAS SAUS, CRONISTA OFICIAL DE MURCIA
Una gran torre eléctrica junto al legendario palacio del llamado Rey Lobo. Es el último capítulo en la historia de abandono que padece desde hace años, según coinciden todos los expertos, el entorno de Monteagudo y, en este caso, el célebre Castillejo. Lo que provocó el pasado viernes una denuncia de la Asociación para la Conservación de la Huerta de Murcia (Huermur) ante la Dirección General de Bienes Culturales.
La primera cuestión a aclarar es cuánto tiempo lleva la torre instalada. Aunque desde Huermur señalan que «ha sido esta legislatura». En realidad, da igual. Las leyes prohiben, ya no solo que se ubiquen, sino también que permanezcan. Y la colocación de esta torre no es una cuestión baladí. Porque podría ser constitutivo de un delito contra el patrimonio histórico. De hecho, a simple vista se puede comprobar que la estructura ha sido cimentada sobre la base del palacio árabe mediante unos anclajes metálicos y hormigón, lo que podría haber dañado el edificio. Además, en las inmediaciones se han levantado otras torres similares, al parecer también de forma ilegal, según las normas. El Castillejo de Monteagudo está declarado monumento histórico artístico desde 1931, catalogado como sitio histórico y, a partir de 1985, también como Bien de Interés Cultural. Este reconocimiento obliga a cumplir las leyes, entre ellas los deberes de los dueños de bienes que integren el patrimonio cultural de la Región. Así, están obligados a conservarlos, custodiarlos y protegerlos para asegurar su integridad y evitar su destrucción o deterioro. En el caso del Castillejo, que es una propiedad privada, corresponde a las administraciones públicas exigírselo a los dueños o realizarlo a su cargo.
La Ley de Patrimonio Cultural de la Región también establece que las intervenciones en el entorno de los monumentos «no podrán alterar el carácter arquitectónico y paisajístico de la zona […] ni perturbar su contemplación o atentar contra la integridad del mismo». Todo lo que ha hecho, a simple vista, la torre eléctrica. La ley incluso da un paso más allá y ordena que las administraciones deben promover «aquellas actuaciones necesarias para la eliminación de elementos, construcciones e instalaciones que alteren el carácter arquitectónico y paisajístico de la zona».
En Cultura aún no tienen constancia oficial de la denuncia presentada el viernes. Pero desde este departamento indican que cuando la reciban formalmente seguirán el protocolo marcado: un técnico se desplazará a la zona para comprobar si ha habido daños en el patrimonio.
Iberdrola tampoco conocía ayer el escrito. Sin embargo, la compañía eléctrica se muestra dispuesta a realizar las averiguaciones necesarias para aclarar la situación. Por su parte, el Consistorio argumenta que no se trata de una competencia municipal, «aunque si nos llega la denuncia, actuaremos en consecuencia».
Desde Huermur exigen que se proceda de forma inmediata a la retirada de «las torres, cables, postes y todos aquellos elementos que no se ajustan a la legislación vigente en materia de patrimonio cultural». Además, pide que se sancione a los responsables y «que se tenga por advertida a esta Dirección General» del estado de degradación y abandono del BIC del Castillejo, por si más adelante hubiera que denunciar el caso ante la Fiscalía.
Fuente: http://www.laverdad.es/