POR MANUEL LÓPEZ FERNÁNDEZ, CRONISTA OFICIAL DE VILLANUEVA DEL ARZOBISPO (JAÉN)
En los primeros años de posguerra se mantienen las desigualdades sociales, celebrándose en las fiestas los bailes en dos verbenas, llamadas popularmente de pobres y ricos. Se buscaron distintas fórmulas para limar las asperezas que podía suponer esta división.
La llamada verbena de los pobres tenía como lugar el Mercado de Abastos. A ella solían acudir, además de los menos favorecidos económicamente,los jóvenes de la localidad, quedando las situadas en la calle Dr. Palanca, o Teatro de verano en la calle San Francisco, para personas mayores y de medio-alto poder adquisitivo.Posteriormente se instalaría de manera definitiva en un solar contiguo al Ayuntamiento. En 1940 y otros años hubo, según los programas de festejos, una sola Verbena en la Plaza del Mercado. En 1952 se celebraron las fiestas con una Verbena Popular y Gratuita en el Paseo del Generalísimo, actuando la Orquesta Ritmo
En la publicidad, sobre las verbenas en los años cuarenta, indicaban: “Actuando grandes orquestas y presentando majestuosas atracciones internacionales, con artistas procedentes de los Salones Pasapoga, Madrigal Bolonia…de Madrid y otros de provincias, habiendo un servicio completo de Bar Restaurante servido por el Café Bar Nacional”.
El periodo de juventud no pude caminar por esta senda de las fiestas. Hubiese ido a la verbena de la Plaza de Abastos.Tomo el texto de varios protagonistas, que nos acercan al lugar y momentos con sus recuerdos: Sobre las verbenas de pobres y ricos, escribió Miguel Hueta: ”El definitivo intento de democratización festera tuvo lugar a comienzos de los años sesenta. Un grupo de estudiantes visitó al alcalde recién estrenado para pedirle con toda firmeza, que dejara de subvencionar las casetas, que abaratara las entradas y que cada cual fuera a la que quisiera…Aquel año se comentó con alegría la valiente presión de los estudiantes y la decisión del nuevo alcalde de terminar con la división de clases, al menos en las Fiestas”.
“El pueblo humilde practicaba sus agarraos, coplas, pasodobles o boleros, aspirando el aire lujurioso de los productos de la huerta. Los pudientes sentaban sus reales junto a la pared desnuda de la casa consistorial mientras sonaba “Beguin de beguin. Así surgió la verbena Mustafá,con el sonsonete de “Cheri te quiero, Cheri te adoro…” (José Luis Carrascosa).
“Era muy popular en las verbenas la animadora, que como su nombre indica animaba el ambiente. Solía salir a mitad de la noche, con vestido largo, pero con una abertura que enseñaba un poquito más de la rodilla.Aquello era demasiado, una mujer guapa con una voz melosa, cantando las canciones de moda…La más conocida por venir varios años era Mary Nieves”. (Ramón Reyes).
En el Mercado Municipal de Abastos, encontrabas bebidas de todas las clases, pero la estrella era la “cuerva”, elaborada con vino blanco, refresco de limón, azúcar y trozos de melocotón y limón. Juanito Castrón el organizador del bar, conseguía esta bebida en su punto. Durante los días de las fiestas, era un templo profano en el que para varias generaciones de jóvenes, se despertaron, sentimientos, emociones, deseos y sueños románticos, ocultos y reprimidos tantos días al año, brillaban y estallaban como los fuegos artificiales, con los que cada 11 de septiembre, echara el cierre la Tomatera.(J. M.C)
Las dos verbenas se concedían o salían a subasta, convocadas por la Corporación Municipal. Participaban, desde los años 60, industriales, que debían pagar una cantidad y hacerse responsables de los gastos de adaptación de los dos locales, Mercado y solar en la Avenida de José Antonio, junto al Ayuntamiento. Cinco mil pesetas por la verbena del Mercado y diez mil la de los “ricos”. Se comprometían al vallado del local, escenario, y ornamentación del mismo, la contratación de las orquestas, en ocasiones fueron los mismos industriales, pero generalmente las realizaba y cobraba las entradas la Comisión de Fiestas.
A Juan Campos se le concedía la verbena del Mercado y a Miguel López la del Ayuntamiento- también ser responsabilizaron de la barra de las verbenas en otras localidades próximas, e incluso la de Jaén- . Se celebraban del 8 al 11 de septiembre y los días 29, y 30 del mismo mes, más el 1 de octubre. En alguna ocasión cuando llovía en San Miguel, los bailes se celebraban en el interior del Ayuntamiento, siendo el patio de columnas, la pista de baile, actuando la orquesta en el primer piso.
Las Orquestas contratadas, entre otras, fueron: Orquesta Teddy Boys- Sevilla y Bahía de Granada, Levante de Linares y Granero de la localidad, Los Solas de Villacarrillo con la gran cantante Conchi Esteban, Los Diabólicos con su bellísima vocalista Silvia, Los Trinos de Jódar con Manolo Gordillo, Alcázar de Baeza.Los Jóvenes, de Linares, liderados por Juan Valcárcel eran contratados casi todos los años, la orquesta Sahara de Jaén, California de Linares, Vera-Cruz, Moro, Levante, Marta… Alrededor de cuatro mil pesetas eran las cantidades cobradas por noche.
En las animadoras, los sueños eróticos de los adolescentes, destacó por sus actuaciones varios años Mari Nieves. Llegaba la cantante, desde Madrid, con su madre, como acompañante y se alojaban en una de las pensiones de la localidad. Posteriormente fue acogida como familia en la casa de uno de los promotores.
Los precios que se cobraban en la Verbena de la Plaza de San Francisco eran: caballero 10 pesetas y señora 5 pesetas, en la entrada de tarde o noche. La Verbena de la Avenida de José Antonio, los precios variaban según la función de tarde, 20 pesetas caballeros, y 10 la mujer; por la noche el precio subía a 40 pesetas caballero y 20 señoras. Vendían abonos para los cuatro días, 200 el de caballero y 100 el de mujer.
Los responsables de las taquillas eran Antonio Muñoz Lucha, para primera y para la segunda, Ildefonso Campiña Martínez, y los porteros Alfonso Serrano, Nicolás Porlán, Andrés Manjón, Juan Martos… Los ingresos por la venta de entradas de las dos verbenas en las primeras fiestas alcanzaron un año la cantidad de 57.000 pesetas, y unas 21.000 en las fiestas de San Miguel.
La verbena situada junto al Ayuntamiento imponía en sus condiciones, además de la ornamentación, que en ocasiones resultó espléndida, manteles en las mesas, vajilla… y en las primeras horas de la madrugada servir buenas raciones de jamón, queso, chorizo, lomo de orza y algunas raciones elaboradas en la cocina, junto a unas botellas de vino fino, tal vez Alvear.
En estas verbenas y fiestas transcurrió parte de la vida de una o varias generaciones. Ya es una anécdota hablar de verbenas de ricos y pobres, nuevas divergencias sociales y económicas han hecho aparición en cada rincón del mundo. Las letras y música, de algunas melodías motivaron la aparición del amor en numerosos jóvenes; se rompían las huchas de ahorro para las fiestas según las edades; los grupos y orquestas buscaban con su música agradar, animar y crear un espacio de felicidad en sus actuaciones y recibir nuevas propuestas de contratos cada año; la picaresca para pagar lo menos posible en la barra o “colarse”, sin entrada; el trabajo de taquilleros y porteros que añadían un poco de dinero a los menguados ingresos mensuales; el hacer “caja” cada madrugada, de los industriales, calculando los gastos diarios de personal y bebidas…; contemplar los fuegos artificiales cada año con nuevos sueños y proyectos para el siguiente año. Un periodo que nos marcó a cada uno de los que lo vivimos de mil maneras diferentes este periodo desde los años cincuenta a setenta.
Actuación de “Los Ángeles”
En los años 1969 y 1970 no se subastaron las verbenas. Molestos por la actuación de la Corporación, Manuel Moreno y Miguel Lópezse unieron para en la Piscina “Las Delicias”, abrir una verbena en el periodo de fiestas. Se realizaron gestiones con un agente artístico en Granada y estuvo contratada Conchita Bautista, que había representado a España en Eurovisión, unos años antes, con la canción: “Qué bueno, qué bueno”, pero no podía acompañarla su pianista habitual, y se tuvo que descartar. En su lugar vinieron “Los Ángeles”, conjunto granadino que tenía gran éxito en aquellos momentos, y que habían grabado varios discos. El mismo agente contrató otras
orquestas y vocalistas, para el resto de las fiestas. Se adecuó y decoró de manera acertada el local de la piscina.
La publicidad se grabó, en la Pensión, también llamada Los Ángeles, por parte de jóvenes ilusionados en este proyecto, Matías Navarrete y Vicente Guijarro, y con un coche se difundieron las canciones de los artistas, “98, 6”, “Mañana mañana”…, por Villanueva y localidades vecinas.
Los Ángeles llegaron a Villanueva tras un largo viaje desde Vigo. El lleno fue total, los asistente pagaron su entrada a cien pesetas, hasta cerraron las verbenas “oficiales”, y los músicos, entre ellos el conjunto “Los Trinos” estuvieron de espectadores, en este recinto. El concierto de los Ángeles fue extraordinario, cantaron todos sus éxitos. y tras el descanso ofrecieron canciones de los Beatles, con un sonido espectacular. Continuó la noche con la actuación del conjunto Santa Fe Exprés, que también asombró con su música a los asistentes.
A partir de este añose vio conveniente la contratación de otras actuaciones para la Verbena Municipal. Fue bajo el mandato del alcalde Antonio Marín y como Presidente de la Comisión,Antonio Domínguez, cuando diferentes y populares artistas llegaron para cantar en nuestra localidad. Felices Fiestas y Felices Verbenas. LIBRO DE FIESTAS 2018.