POR MANUEL GARCÍA CIENFUEGOS, CRONISTA OFICIAL DE MONTIJO Y LOBÓN (BADAJOZ)
Agradezco al escritor y poeta José Alfonso Romero PSeguin, afincado en La Nava de Santiago, la entrega de su último poemario, junto con su generosa y amable dedicatoria. Su poemario busca conmover y honrar, en su angelical dialogar, el ser singular del hombre en el seno de la madre de todas las batallas, la absurda y disparatada disputa que justifica a dioses y diablos (encarnados unos en sus ángeles y los otros en sus moscas). Empeñados en la neurótica recolección de esa ignota esencia que ellos y sus sacerdotes denominan alma, y que no es sino la singularidad. Cualidad donde se asienta y suena libre y eufónica la serena presencia de lo humano en lo efímero, ajeno a la temeridad de lo eterno en el seno de ese estruendo desolador e infinito que es la eternidad.
José Alfonso Romero PSeguin
Poeta, novelista y articulista, nacido en Marcelín-Riós-Ourense en 1959. Cursó sus primeros estudios en las humildes escuelas de Aliste y los completó en Zamora y Madrid. Ha trabajado como funcionario y en prensa. Enamorado de la filosofía y firme defensor de la soberanía del pensamiento. Sostiene por ideología la fraternidad, la solidaridad y la justicia, y por hito revolucionario la de «los Claveles», que marcó su adolescencia y puso en su vida música a la esperanza social. Fue víctima del franquismo y seguidamente del fanatismo nacionalista, uno le robó la oportunidad, el otro el sosiego.
Es autor del libro de relatos “La hija del txakurra”, “Nada es eterno en La Habana”, el relato “Bajo secreto” y el poemario bilingüe (español-portugués) “Misa de náufragas”.
Coautor del libro “Memoria del terrorismo en España” y del cómic “Dolor y memoria”. Editados por el Centro Memorial de Víctimas del Terrorismo. Colabora, desde hace una decena de años, con el Diario de Arousa, Diario de Ferrol e Ideal Gallego y otras publicaciones de contenido literario.
José Alfonso Romero P. Seguin, logró un accésit en el Concurso Internacional de Poesía ‘María Eloísa García Lorca’, convocado por la Unión Nacional de Escritores de España (UNEE) con un poema dedicado a la escritora Dulce Chacón y a Zafra.
La luz de Extremadura
Escribe Xermán Manuel Torres en el prólogo del poemario “Misa de náufragas” que a José Alfonso le gusta la luz, la luz de Extremadura, tierra natal de su esposa (La Nava de Santiago). También le gustan los campos de amapolas y los almendros en flor. Mundo de colores, frente a las turbias y grises y negras aguas de los naufragios. “Cuando los tornadizos vientos y tercas corrientes las encallaron sobre el gris amanecer de aquella plata sin horizonte, sintieron que comenzaban a fluir de sus bocas, con la naturalidad con que lo hace el agua en el cóncavo manantial, todas aquellas palabras que la fascinación les había robado durante su mágico periplo”.
Escribe José Alfonso: “Necesito un ángel bueno/que preste alas/a las alas de mis poemas/Un ángel despierto/para mi alma dormida/en el cajón celeste/de mi voz dolida”. Enhorabuena, José Alfonso. Un fraternal abrazo, amigo poeta.