POR PEPE MONTESERIN, CRONISTA OFICIAL DE PRAVIA (ASTURIAS)
El buen vendedor comienza a serlo cuando el cliente dice no; cuando dice sí sobra el vendedor, basta un mancebo que despache.
Los adverbios no y sí son una foto fija, el contexto indicaría su marchamo. El sí de un diplomático quiere decir quizá, su quizá apunta al no y cuando dice no… es un mal diplomático; al hilo vino aquello, hoy abominable, de que un no de mujer es quizá, un quizá significa sí y cuando dice sí…, es una mala mujer.
El no, según Ortega, es útil cuando transita a una afirmación. ¿Cómo ser explícito en un cortejo? ¿Qué diría un juez si Julieta denunciase a Romeo por asaltar el balcón y besarla cuando ella le advirtió -está documentado en el acto 1º, escena 5ª de su expediente- que los labios deben consagrarse a la oración?.
¿Y cómo tomar el susurro de Julieta de que las santas permanecen inmóviles cuando otorgan su merced? ¿Significa no?, ¿noli me tangere?, ¿la puntita nada más o toda ella?
Fuente: https://www.lne.es/blogs/la-mar-de-oviedo/legislar-en-caliente.html