POR JOSÉ ANTONIO FIDALGO SÁNCHEZ, CRONISTA OFICIAL DE COLUNGA (ASTURIAS)
Cuéntase que un día en el Cielo , en charla de familia , dijo Dios Padre : Voy a viajar a la Tierra para ver cómo van las cosas.
Y dijo Dios Hijo: Pues mira , me das una idea. Te acompaño y me quedo en Palestina donde vivi e intentaré poner paz entre sus gentes.
Añadió el Espíritu Santo : Yo también me apunto al viaje. Pero iré al Vaticano , donde hace tiempo que no voy , para echarle una mano al Papa .
Y acá se vino el Espíritu Santo para recordar lo que Jesús había dicho : Venite ad me omnes qui onerati estis et ego reficiam vos» .(Mateo 11 , 28). Y la consecuencia de la parábola que describe Juan (8 , 1-11) sobre el castigo a una mujer adúltera » El que esté libre de pecado , lance sobre ella la primera piedra»
Y lo que se deduce de la narración evangélica de Mateo (25 , 14-31) : «Debemos entendernos como seres bendecidos por la gracia de Dios. El nos da lo que tenemos , lo que somos , con la esperanza de que sepamos administrar lo que nos da».
Y después de esto el Espíritu se despidió del Papa con esta advertencia tan asturiana : «Francisco , ¡ tira p’alante , que libres! » .