POR JOSÉ ANTONIO FIDALGO SÁNCHEZ, CRONISTA OFICIAL DE COLUNGA (ASTURIAS)
Sorpresas de la vida, siempre alegres y cargadas de recuerdos.
Les cuento :
LLARINA SÁNCHEZ FERNÁNDEZ, a la que conocí de muy niña y a la que quiero mucho, es hija de Xuan y Elena, grandes amigos desde la época cuando Prim era cadete. Elena es ama de casa y cocina de maravilla ( es «archymagistra» en ese asunto) y Xuan… es Xuan Xosé Sánchez Vicente, catedrático y presidente del PAS (Partiu Asturianista), «archymagister» como poeta y escritor.
Bueno, bueno, bueno…
Vayamos a lo concreto.
Llarina, hoy señora casada y madre de un rapaz guapu, listu y deportista, se nos muestra como una FOTÓGRAFA en vías de éxito. Le gusta la naturaleza en su explosión de vida y de frescura «al natural». Cosa que, una vez más, nos demostró ayer con esta preciosa foto de una seta llamada «matacandil», denominada científicamente como COPRINUS COMATUS Mull. y también Agaricus porcellanus Schaef.
UNna seta preciosa de color blanco cuando joven, carne delgada y muy sabrosa con sabor suave y delicado, muy apreciada por los micofilos.
Una advertencia : esta seta debe consumirse cuando joven. Al madurar – y envejece pronto- cambia su color a violáceo y hasta negro, soltando un líquido negro (tinta) que hasta llegó a utilizarse para escribir con pluma.
Otra vez «bueno, bueno, bueno…», que es expresión muy socorrida.
Pues como el otoño es tiempo de setas y de pimientos, vaya aquí una recetina «ad hoc», que no se qué quiere decir, pero «queda bien».
1.- En una sartén con aceite de oliva, al fuego, doren dos dientes de ajo picados en menudo. Cuando tomen color añadan unos 200 g de colas de langostinos o de gambas (peladas) muy picadinas y, si pueden, unos corales de oricios.
2.- En sarten aparte salteen en aceite 2 dientes de ajo enteros (que luego han de retirar) y unos 300 g de setas picadinas ; en este caso, coprinus.
3.- En un cazo preparen una bechamel espesa al modo acostumbrado. Mezclen en ella las frituras de setas y mariscos.
4,- Rellenen con esa mezcla unos pimientos del PIQUILLO ; dispongalos en una cazuela bañados con una salsa amariscada ; denles unos hervores…! Y a comer!
Saben una cosa?
Antiguamente la «tinta» de estas setas era utilizada por personas de alta importancia para firmar órdenes y documentos garantizando así su autenticidad.
A ver si adivinan el motivo.
Vean, vean la foto de mi amiga LLARINA.