Ambos a dos» coincidimos en nuestra llegada a Sahagún en el año 1963-64 para ejercer nuestra profesión. El, como médico titular de la ciudad y de algunos municipios de la comarca ; yo, como profesor y director del Centro de Enseñanza Media de la localidad.
«Ambos a dos» estábamos solteros, teníamos «novia formal» en vísperas de boda, y entre tanto residimos «de hotel» en SERGIO, magnífico establecimiento hostelero donde Maria ( esposa de Sergio) era maestra de fogones.
Solos y solteros compartíamos mesa con don Joaquín, el marido de INA. Un hombre serio, muy respetuoso (nos trataba de «don»), dialogante, con gran sentido del humor..Y allí, día a día, compartimos vivencias, inquietudes, proyectos…En definitiva, nació y se forjó una amistad sincera y permanente.
Esa amistad – mejor, ese cariño – tuvo su continuidad, ya casados, en nuestros respectivos matrimonios, cada vez más compenetrados con el cuidado de nuestros hijos. Los «amiguinos» les llamábamos, pues prácticamente mi hijo y el mayor suyo habían nacido «a la vez».
Pasaron los años. Yo, en 1969 vine a Gijon y Antonio fue médico en Paredes de Nava, en Saelices del Río, y finalmente en Veguellina de Orbigo, su municipio natal. Y nuestra amistad se mantuvo firme y acrecentada por nuestras vicisitudes de vida.
Antonio era un gran médico y una gran persona. Sembraba paz , regalaba comprensión, tranquilizaba almas y sanaba cuerpos. Mercedes – «Merce» – su mujer, era su apoyo, su sonrisa, su «palabra de ánimo» y, por sobre todo, una madre abnegada, comprensiva y sacrificada hasta límites indefinibles.
Antonio Martínez, médico de Veguellina, acaba de fallecer tras soportar una larga enfermedad.
No podré darle un abrazo de «! Hasta luego!».
Alicia, mi mujer, y mi hijo, su esposa y mis nietas, aunque lloremos su muerte, sabemos de su feliz encuentro en el cielo con su hijo Toño, «el amiguin», fallecido hace años en accidente de automóvil.
Gracias, Antonio, por todo el cariño que nos diste, por tu entrega, por tu ejemplo de vida.
Y vosotros, Merce, Merceditas, Julio, Rafa, sabed que Antonio, esposo y padre, sigue vivo en vuestro corazón y en el nuestro.
Un beso muy grande pleno de cariño y de gratitud.
NOTA. – Recuerdos muy vividos en Sahagún con Antonio y Merce.
FUENTE: https://www.facebook.com/LesHistoriesdeFidalgo/