POR JOSÉ ANTONIO FIDALGO SÁNCHEZ, CRONISTA OFICIAL DE COLUNGA (ASTURIAS).
La palabra BIZCOCHO , y antiguamente VIZCOCHO, procede de la expresión latina «bis coctus» (cocido dos veces) y se aplicaba al PAN así elaborado con destino de intendencia para tropa en casos de desplazamiento o para la marinería en días de navegación.
Lo testimonia este cantar asturiano :
«Toi fartucu de bizcochu
y buen tasajo de guey
desque ando navegando
en los navíos del rey».
Y lo de siempre : lo que nace como solución a una «primera necesidad» alimentaria, unas manos hábiles y un poco de fantasía lo transforman en una «Joya gastronómica». Y así, el pan duro dos veces cocido (bis coctus) para asegurar su conservacion dio paso a un producto ligero, suave, dulce, que muchos llaman BIZCOCHO IMPERIAL o BIZCOCHO DE MANTEQUILLA.
Bueno, bueno, bueno…
Pues resulta que en tiempos de los Reyes Católicos ( aquellos del «monta tanto Isabel como Fernando») nació en SALAS (Asturias), en 1483, don Fernando de Valdés Salas, que fue Obispo en Oviedo, Arzobispo en Sevilla, Inquisidor General, Presidente del Consejo
Real de Castilla y, por sobre todo, fundador de la UNIVERSIDAD DE OVIEDO.
Don Fernando falleció en Madrid en 1569 y, según dictó en su testamento, fue enterrado en Salas, su villa natal, en la Colegiata de Santa Maria la Mayor. Su mausoleo, en alabastro traído de Aleas de Velaña (Guadalajara) es obra del italiano Pompeio Leoni (1533-1608) y el retablo del altar donde se ubica pertenece al escultor gijones Luis Fernández de la Vega (1601-1675)..
Saben una cosa?. – El alabastro de Aleas fue traído a Salas en 50 carretas de bueyes que emplearon largas jornadas para su recorrido, lo que supuso un gran consumo de BIZCOCHO – PAN para los «arreadores».
En ese recuerdo del Inquisidor don Fernando y de quienes trabajaron en su mausoleo, la CONFITERÍA CARAJITOS DEL PROFESOR, con más de CIEN AÑOS de historia, elabora su BIZCOCHO DE MANTEQUILLA o IMPERIAL.
Y, cuál es la receta?.
! Ay, amigos!. Es secreto monacal que conocemos tres Santos, dos cardenales, un obispo y yo. Como nos comprometimos a no desvelarlo se la ofrezco «un pelin alterada», pero que «funciona» con éxito.
1.-Mezclen, batiendo bien, 200 g de mantequilla (blanda a temperatura ambiente) con 200 g de azúcar hasta tener un conjunto homogéneo.
2.- Después, de uno en uno y removiendo de continuo, incorporen 4 huevos, batiendo suavemente, hasta que la mezcla esté homogénea.
3.- Añadan unos 200 – 250 g de harina suave (de repostería), junto con una cucharadita de levadurina y, si desean, un poco de ralladura de limón. Nuevo batido para homogeneizar la mezcla.
4.-Lleven la mezcla a un molde trapezoidal, engrasado y enharinado, y horneen a 180°C durante unos 45-50 minutos. El bizcocho ha de quedar ligeramente dorado y «abierto» en su centro.
5.- Esperen a qué enfríe y desmolden.
Pues ya está y, según su opción política, titulenlo Imperial, Regio, Republicano o… como mejor se les ocurra.
Siempre estará riquísimo. Y acompañando en la merienda a un chocolate espeso un si es no es amargo, más.