POR JOSÉ ANTONIO FIDALGO SÁNCHEZ, CRONISTA OFICIAL DE COLUNGA (ASTURIAS).
Escribía el historiador italiano Cesare Ambrogio Cantu (1804-1895) que las comidas y cenas, sobre todo estas, constituían la mitad de todas las diversiones romanas.
Si llegaba una familia amiga, pues «coena adventoria» ; si la cosecha de trigo era abundante, pues «coena cereal» ; si había que despedir a un familiar, pues «coena viaticia»…
Y si en el nuevo año, ya superado el solsticio de invierno, crecían los días, pues una «coena capitolina» y posterior folixa en honor de Saturno.
En estas fiestas saturnales se acostumbraba a invitar a los esclavos y esclavas (lógico) a participar en la juerga, en la que se ofrecían unas tortas elaboradas con higos, dátiles, miel, almendras… En ellas se introducía una haba (fabona, faba de mayo en Asturias) y al esclavo /a que la encontrará se le manumitia (no piensen mal, que manumitir significa dar la libertad).
Esta costumbre festiva romana de las fiestas saturnales fue trasvasada a la religión cristiana asociando la idea de la libertad de un esclavo con el hecho de que Jesús nos libro de la esclavitud del pecado con su Nacimiento y posterior Pasión y Muerte.
Así nació, en días de Epifanía, la tradición cristiana del Roscón de Reyes : una rosca dulce en la que una faba oculta en ella era signo de dicha al que la encontrara.
Dando un salto de siglos llegamos a los tiempos de la corte francesa de Louis XIV (el rey Sol) y del futuro Louis XV. Se cuenta que un cocinero de palacio para halagar al entonces joven Louis XV le preparó un Roscón de Reyes
con una moneda de oro y un haba en su interior. La moneda garantizaba felicidad y el haba, mal presagio.
Este «invento» de roscón con joya y haba llegó a España con nuestro rey FELIPE V y aquí perdura. Bien es verdad que la joya cedió su puesto a una horrible figurita de plástico, y la faba (eso sí) condena a quien la encuentra a pagar el nuevo roscón del año venidero.
En estos días «regios» confiterías, comercios, grandes superficies… nos abruman con diversas opciones de ofertas : roscones tradicionales de «bollo suizo», los más modernos de hojaldre con relleno de crema, de nata…! hasta de picadillo!..
Eso si, con sus frutas de colorinos y su policromia tentadora.
Y un servidor, pinchando con un palillo para localizar la fabona y evitar «su hallazgo».
! Qué los tres Reyes Magos (que ni erán tres , ni eran reyes, ni eran magos) nos traigan felicidad!!!