POR JOSÉ ANTONIO FIDALGO SÁNCHEZ, CRONISTA OFICIAL DE COLUNGA (ASTURIAS)
Si ustedes gustan de viajes por Galicia verán que , vayan por donde vayan , siempre encontrarán mosteiros ( monasterios) , cruceros, preciosos paisajes , buenos vinos , buenos quesos y riquísima cocina llena de tradición.
Les detallo un ejemplo : Si optan por recorrer la N- 540 que enlaza Lugo con Orense , antes de llegar a Palas de Rei ateavesarán el Concello de Guntin , localidad encantadora con su río ( Ferreira) y su Monasterio (o lo que queda de él) que es tesoro de arte y de historia. Cuenta la Historia que este Monasterio de Ferreira de Pallares , con inicio de de estancias de ermitaños , fue fundado a finales del siglo IX ( dícese que en el año 898) por los nobles hidalgos (fidalgos) don Ero y su esposa doña Laura. Enriquecido con el paso del tiempo por reyes y nobles, fue tal su esplendor que las diócesis de Lugo y de Oviedo llegaron a pleitear por su dominio.
Ganó Lugo y a partir del siglo XVI se incorporó al Monasterio de Samos. Actualmente se conserva su templo con carácter de iglesia parroquial. Y , claro , si hubo monjes hay tradición de cocina «kilómetro 0″ , económica, popular , nutritiva y sustanciosa que garantice el eficaz cumplimiento de la norma conventual del » ora et labora «. Bueno , bueno , bueno…
Si Guntín es «tierra de fidalgos» y fue sede de monjes, no nos ha de extrañar que su gastronomía sea de «las de poco hablar y mucho comer» , pues como escribió un sociólogo inglés quienes » más y mejor saben comer son los médicos escoceses y los curas gallegos». En GUNTIN , hace más de medio siglo ( la cosa sucedió en 1966) una familia fundó el , digamos, restaurante de carretera CASA FIDALGO, actualmente regentado ya en segunda generación, por su descendiente don Jesús y transformado en muy cuidado establecimiento
Casa Fidalgo es hoy la gran referencia de la cocina popular lucense » de tierra adentro». Caldos, potes , cocidos , truchas ( de cultivo en piscifactoría abastecido por aguas del río Ferreira), carnes , caza ( especialidad en perdices), postres caseros…En fin , un gran abanico en donde elegir y siempre a muy buen precio.
Me hubiera gustado darles la receta de Perdices a la gallega, especialidad de ese restaurante, pero es «secreto» de la casa. El CALDO , por lo que sé, es el de «los reparos»: «Repare , repare, y verá que hay patatas , fabas , berzas , chorizo , carne, tocino , unto…Una delicia. Y cómo no fui capaz de «confesar» a don Jesús, les ofreceré una receta de Truchas conventuales , que obtuve de un fraile franciscano : Compren unas truchas de pisci de tamaño mediano grande. Eliminen las vísceras y lavenlas muy bien al chorro de agua fría. Séquenlas. En una fuente de horno extiendan unas lonchas finas de bacón ; coloquen las truchas sobre ellas y cúbranlas con más lonchas de bacón. Horneen con calor de suelo y techo hasta que el bacón esté dorado y las truchas en su punto de asado y jugosas. Sirvan acompañando con patatas cocidas ( cachelos).Foto cedidas por Restaurante casa Fidalgo, de Gundin (Lugo).