POR JOSÉ ANTONIO FIDALGO SÁNCHEZ, CRONISTA OFICIAL DE COLUNGA (ASTURIAS).
Les cuento.
En los primeros años del siglo XVI I, década de 1630, un navegante italiano, Joseph de Misso, naufragó en un lugar de la costa colunguesa cercano a Huerres. Cuenta la tradición que este personaje, devoto de la Virgen Lauretana, prometió, si se salvaba, difundir su culto allí donde llegare.
Llegó a Colunga y fue acogido como hospitalero en el albergue de peregrinos de esta localidad en la que, en cumplimiento a su promesa, logró que allí se fundara una Cofradía y se erigiera una ermita en veneración a la Virgen Maria bajo la advocación de Nuestra Señora de Loreto.
Sucedió esto en 1663.
Y en esta ermita o capilla se ubicó una talla en madera policromada que la gente dio en llamar LA ROMANINA.
Es la de la foto, en blanco y negro, que les ofrezco y, realizada por García Covián, fue publicada por AURELIO de Llano en 1920.
Un nuevo suceso ocurrió en 1936, que así recoge en una memoria, año de 1940, en el Libro de la Cofradía, el entonces párroco de Colunga don José Cabo Merediz :
«En el año 1936, y durante la dominación marxista, fueron incendiadas las imágenes que había ven la Capilla de Loreto y sufrió el templo algunos desperfectos…»
Según cita de Juan Carlos Cueto (Cofradía de Nuestra Señora de Loreto. Colunga, 2000), la imagen de madera que se suponía de Joseph de Misso fue víctima de las llamas ; talla que fue sustituida por otra en escayola realizada por Leopoldo Fernández» Poldo el marmolista», basando su trabajo en algunas fotos que le proporcionó Maria Dolores Granda.
Es LA ROMANINA que se venera actualmente en la colunguesa Capilla de Loreto. Corresponde a la segunda foto que les ofrezco, cuyo original es obra de Ramón Junco.
Y finalmente, OTRA ROMANINA.
Ya en el siglo XXI, hace un par de años, Francisco Blanco Jr., escultor, antiguo alumno mío y muy vinculado a Colunga, tallo en madera una nueva ROMANINA, actualmente entronizada en la parroquial colunguesa de San Cristóbal el Real.
Es la de la foto tercera que les ofrezco en este breve trabajo
Bueno, bueno, bueno…
Pues, saben una cosa?
Miren ustedes : en Colunga tenemos «o tres tres Romanines» más, talladas en piedra.
Pero esa historia, también con protagonismo de Poldo y de Francisco, se la contaré otro dia
NOTA. – DESEO agradecer a don Javier Remis, director del Museo Diocesano de Covadonga, la foto que me proporcionó de la primitiva Romanina.