POR JOSÉ ANTONIO FIDALGO SÁNCHEZ, CRONISTA OFICIAL DE COLUNGA (ASTURIAS)
Ayer un lector amigo comentaba en mis «Histories…» esa tendencia modernista de clasificar ciertos productos naturales como SALVAJES dando a entender que los de «cultivo» son domésticos.
El concepto de «salvaje» abarca muchas cualidades siendo una de ellas la que refiere un sistema de vida «al natural» , según las condiciones naturales ( valga la redundancia) del medio donde habita.
No son lo mismo , pongamos por caso , una lubina que vive en el mar y que en el mar ha de buscar su alimento y defenderse de sus depredadores , que otra cultivada en piscifactoría, bien alimentada con «piensos » y ajena a peligro alguno.
Y ya que hablamos de LUBINA ( en asturiano «llobina» y , si de tamaño mediano, » furagaña») les contaré que a ese pescado , de carne exquisita, antiguamente se le denominaba Lupus lanatus para indicar que es tan voraz como un lobo y de carne tan suave como la lana.
Actualmente los científicos lo denominan Dicentrarchus labrax y ello porque tiene dos espinas en el culo y es agresivo ( di = dos ; kentron = espina ; archos =ano ; y labrax = ladrón).
Pues , verán : ayer , un buen amigo, pescador él, nos regalo una «furagaña grandina» por no decir «llobina pequeña» y que no quedó muy claro si fue pescada en la mar o en la pescaderia.
Lo que si es cierto es que estaba fresquina » sangrando pe la boca y pe la galla» , que así decía don Bruno Fernández Cepeda ( siglo XIX) hablando de los salmones de Asturias.
Y como estaba tan apetecible y hoy amanecio con «friu y borrina con orbayu» , nos pusimos «manos a la cocina» a ver qué hacíamos con el «pexe».
¿ Y qué se nos ocurrió? Pues en FRITURA CON UN PISTO SUAVE.
Así hicimos :
.- Una vez escamada, eviscerada y muy limpia, cortamos la lubina en dos mitades a lo ancho. Las salamos y rociamos ligeramente con zumo de limón.
.- Tras un reposo de unos 15 minutos , freímos los trozos en aceite de oliva ( vuelta y vuelta) y los llevamos a una cazuela.
.- En el aceite de fritura , colado, preparamos un sofrito pochando cebolla y pimiento y lo añadimos a la cazuela del pescado. «Bautizamos» con un chorro de fino andaluz.
.- Dio todo unos hervores a fuego moderado…y a servir.
Y para acompañar , un vinin blanco , fresco y afrutado , de Cangas del Narcea.
¿Les digo la verdad?.- ¡Una maravillosa sorpresa!
No lo creía ni yo , que soy ateo gracias a Dios.
Vean , vean la «afoto» y opinen…aunque sea para bien.
FUENTE: https://www.facebook.com/LesHistoriesdeFidalgo