POR JOSÉ ANTONIO FIDALGO SÁNCHEZ, CRONISTA OFICIAL DE COLUNGA (ASTURIAS)
¡ Ay , Señor! Ya se escribió tanto sobre CALLOS y sus curiosidades que ya nos quedan muy pocas cosas para contar.
Hurgando en el desorden de mis papeles encuentro un refrán que me hizo gracia y , a la vez , ne dio qué pensar.
Dice así : «CALLOS y caracoles no es comida de señores» ¡Caray , qué disparate! , me dije. ¡Si hasta nuestra reina Isabel II y su hija la Infanta Isabel «la Chata» consta que eran grandes aficionadas a este manjar, tan picantin él y tan sabroso!
Y de repente – esto de leer historias de reyes tiene «su aquel»- me imaginé a doña Isabel , gordita ella y gustosa de cama , disfrutando de un tentador plato de «callos isabelinos» en cariñosa compañía del general Serrano mientras le decía: » Paco , esta Cuaresma te mando para Sevilla y al retorno , ya sabes : como teja sobre teja».
Pues resulta que un buen amigo , libardones y seguidor de mis «Histories…» , ALFONSO ROZA LLERA , publicó en su muro de Facebook una insinuante y tentadora foto de un PLATO DE CALLOS que le habían servido en el gijones MESON «LES RUEDES» , ubicado en el ALTO DEL INFANZON.
¡ Qué cosas! Recuerdo que hace años , en Vichona, que es pueblo cercano a Sanxenxo (Pontevedra) , había -y supongo que seguirá- un restaurante llamado AS CATRO RODAS donde guisaban unos callos con garbanzos y asaban unos CHURRASCOS de forma magistral.
Nuestro protagonista LES RUEDES sólo pregona dos , recuerdo de nuestros «carros de pais» , y con esa añoranza elabora una cocina asturiana plena de tradición y de «calor de casa» , como así me confesaba LAURA RENDUELES GARCIA , «relaciones públicas «del establecimiento.
«Son ya 14 años de trabajo aquí y hemos procurado mejorar instalaciones , terraza , aparcamiento…Y esmerarnos en mantener una oferta muy cuidada del MENÚ DEL DIA a un precio de 11 €/persona. Nuestra clientela son , por encima de todo , amigos». Pues eso : aquí les pongo «les afotos » de los CALLOS que guisan en LES RUEDES.
Yo hoy , en CASA PRUDO, que es la mía, disfrutaré con un centollin de la «cesarea» (así decía un amigo mio) rellenando el «carru» con lo que «elli tenga» , un pocu de quesu frescu, un huevu cociu picadin y tou ello bien bautizadin con un vino blanco andaluz.