POR JOSÉ ANTONIO FIDALGO SÁNCHEZ, CRONISTA OFICIAL DE COLUNGA (ASTURIAS).
La vida de Marco Polo (1254-1324), aquel infatigable aventurero y navegante veneciano que fue el primer europeo que exploró el Asia Oriental , está enmarcada por un rosario de aventuras que oscilan entre la leyenda y la realidad histórica. El las contó , prisionero en Génova, a su amigo Rusta Pisano ( Rusticiano de Pisa o Rusticello de Pisa) , quien las escribió en el famoso libro «Il milione» , años después titulado «El Libro de Marco Polo».
En él se cuenta cómo Marco Polo fue quien importó a Italia, desde China, el modo de elaboración de la PASTA cosa que muchos historiadores ponen en duda.- Tal es el caso de Alberto Consigli en su «Storia dei macheroni» o del estudioso árabe Abu Abdallah Ibn Muhammad Ibn Idris cuando en su «Tratado de Geografía» redactado por encargo de Roger II el Normando (1095-1154) , primer rey de Sicilia, afirma que la elaboración de la pasta era muy conocida en este reino en tiempos muy anteriores a los de Marco Polo.
En España ya conocemos elaboraciones de pasta a partir del siglo XV y muy especialmente, del XVI en adelante, según los libros de Rupert de Nola, Martínez Montiño, Diego Granados, etc. En la actualidad la industria de la pasta se afana , complaciendo gustos de la modernidad, en la elaboración de una enorme variedad de tipos y formas combinando colores sugerentes que estimulen «la apetencia» de niños y adultos.
Y , así, desde los clásicos fideos y macarrones (vermicelli y maccheroni) encontramos gnochi, lasagne, ravioli, tagliatelli, tortellini, casatelle, stellini, frandoncelli, cannelloni, reticelli…Y para gustos infantiles pajaritas, pececitos, florecitas , letras… de todos colores como los claveles de Villaviciosa, y para todas las exigencias (con o sin gluten , al huevo o no al huevo , de harina de trigo fuerte o ligero , al queso o sin él ,…).-
Y , ¿cómo preparar la pasta?
Miren ustedes : Bien podemos asegurar que a partir del siglo XVIII , una vez que el tomate fue admitido como condimento importante en la cocina, el maridaje «tomate-pasta» es algo innegable en las cocinas española e italiana. Lo demuestra Antoni Nebbia (1723-1786) en su libro «Il cuoco maceratese» publicado en 1769. Y si los españoles llamaron al tomate «pomo de oro» (manzana de oro) , los italianos, más románticos, lo denominan «pomo d´amore» o manzana del amor.
¡Qué mejor condimento para la pasta que esta salsa presuntamente afrodisíaca !
Yo , ¿qué quieren que les diga? A mi me gusta la pasta (macarrones, espaguetis, tallarines…) cocida en agua y sal y complementada con una salsa de queso o con un pisto tradicional complementado con bonito «de lata». Ofrecida en ensalada, en picadillo de carne , o similares… pues «como que no».
¡Oiga! . ¿Y la pasta de colorinos?
¡Hombre!. Esa la dejo para «los nenos» , que son quienes disfrutan con «eses cosines» . Y aunque , según dicen, «los vieryos somos como nenos» , yo sigo «con lo de antes».
Bueno, a decir verdad, también disfruto con alguna modernidad «pastera» , pero de raices tradicionales. La mejor de todas, en mi opinión, es la FIDEUADA , FIDEGUÁ o FIDEUÁ , invento de un pescador de Gandía que bien merece un monumento.
Algún día les contaré esa historia.
Hoy dedico esta «historieta» a una niña, muy salada y muy simpática , que conocí ayer . Se llama Deva , tiene 8 añinos y me contó que lo que más le gusta es la pasta de colorinos y con forma de flores pequeñas.
Pues nada, a prepararla bien cocidina (la pasta, no la niña) y complementada con una salsina ligera de tomate y queso parmesano.-