POR JOSÉ ANTONIO FIDALGO SÁNCHEZ, CRONISTA OFICIAL DE COLUNGA (ASTURIAS).
Esto de la merluza, sea del pinchu o de volanta, «va al revés» de la historia gastronomica del pescado.
Hasta hace pocos años, pero muy pocos, la merluza era una de las especies marinas más apreciadas en las cocinas familiares y en las de la «alta restauración». Corría pareja con la lubina, el mero, el rodaballo…
Otras especies como la raya, la sardina, el Chicharro, la XARDA… eran propias de familias muy humildes y su precio casi se «acercaba» al regalo.
Hoy, basta ir a la pescaderia, pueden ustedes comb robar, sólo a título de ejemplo, que el precio de la RAYA casi duplica al de la MERLUZA.
Ahora bien, a qué llamamos MERLUZA.
Un ictiologo responderá que a la especie Merluccius merluccius L.. Y tiene razón.
Pero «los asturianos de a pie» tenemos nombres diversos en relación con el tamaño y el sexo de la pieza.
Veamos :
. – MERLUZA se aplica a la pieza de tamaño grande, con un peso que superé a los 2 kg. La MERLUZA FEMA es la hembra, mucho más apreciada por tener la espina más fina y la carne más sabrosa.
. – PESCADILLA GORDA o GRANDE , si su peso está comprendido entre 1 y 2 kg.
. – PESCADILLA, si su peso se acerca a 1 kg
. – PIJOTA, PIJOTILLA, CARIOCA, si la pieza es pequeña en tamaño y peso. Es la que frecuentemente se sirve frita con la cola mordida en su boca.
Y cómo se prepara la merluza.?
Pues admite todo tipo de inventivas : Cocida y servida en dos salsas, asada a la plancha (! qué troncos de merluza sirven en Eutimio-Lastres!), frita a la romana, rellena (especialidad de La Pondala-Gijon), en cazuela a la sidra (creación de El Balón – Oviedo), en cazuela en salsa verde, a la gallega (con cache los, pimentón y aceite),…! Yo qué sé!
Ayer, en CASA PRUDO, seguimos esta receta:
1.- Previamente pasadas por harina, freímos, burl y vuelta, unas buenas rodajas de merluza (se supone que limpias y seca das con papel absorbente) sazonada con sal. Las llevamos a una cazuela.
2.- Preparamos un pisto con cebolla, un poco de pimiento verde y bastante tomate. Un chorro de fino andaluz le dio un toque extraordinario. Lo sumamos a la merluza y dio todo unos hervores.
3.- Freímos «al ajillo» unos champiñones (250 g) troceados y los agregamos a la cazuela de la merluza con su pisto. Nuevos hervores.
Y…! A comer!. Ah! Y con pan abundante para mojar ven la salsa.
Y para beber?. – Sidra natural!, que según me decía un llagareru, «ye muy buena pa tener familia».
NOTA. – Vean, vean la semeya de la mío MERLUCINA. Les gusta?