POR JOSÉ ANTONIO FIDALGO SÁNCHEZ, CRONISTA OFICIAL DE COLUNGA (ASTURIAS).
Decía un refrán muy antiguo que «Por l´Ascensión, cereces en Oviedo y trigu en León».- Debía de ser en otros tiempos que yo no conocí -y eso que soy viejo- porque en Colunga , al menos, les «cerezales» daban sus frutos ya bien entrado junio.
Antaño, pero muy antaño, cuando en los linderos de los prados y de las tierras se plantaban cerezos (en Colunga decimos «cerezales») se dice que la mocedad , al amanecer y «pisando la rosada», iba de ronda «a pañar cereces» y, de paso, a galantear a alguna que otra moza. Lo testimonian los cantares :
«To regalate un gaxarte
y una cestiquina nueva
pa que me traigas cereces
de la cerezal gayera»
«Comístime les cereces
de la cerezal temprana;
comístime les cereces
y dexástime la rama»
En mis años de rapaz – ahora está de moda decir de «posguerra» o «de dictadura»- simplemente «íbamos a cereces» , que es una forma oculta -ahora se dice criptolenguaje- de expresar que íbamos a ROBAR cerezas en propiedades ajenas porque es sabido que el placer propio de un producto se acrecenta si se acompaña de un «delito».
Y por supuesto , al menos que yo recuerde, las cerezas se consumían «al natural» , bien lavadinas y procurando no tragar la pepita. No había tartas ni pasteles de cerezas, si bien en algunas casas hacían dulce y mermelada con esa fruta. Cosa curiosa porque en otros países si eran tradicionales esos dulces . En Inglaterra «el cheesecake» , en Francia «la chafoutis» , en Alemania «la kirschenplotzer» , en Bélgica «la EMPANADA»…
Y aquí quería yo llevarles, a LA EMPANADA DE CEREZAS, cuya historia tiene una vertiente muy asturiana y me temo que muy desconocida por muchos de ustedes. Se la cuento.-
En tiempos del siglo XIX vino un matrimonio belga (el esposo se apellidaba Jamart) a trabajar en la Compañía Asturbelga de Minas, ubicada en El Entrego. La esposa del Sr. Jamart era experta en la elaboración de empanadas de cerezas cuya receta pasó a sus hijas y estas a las suyas , ya asturianas de lugar, de cuna y de «carácter».
Una de ellas, María Jamart Meana (si no estoy en un error, fallecida en la década de 1980) la enseñó a su hija, María García Jamart y ésta me la pasó a mi para su publicación «como homenaje a sus mayores y para contribuir con su granito de arena a la historia de la cocina en Asturias».-
La publiqué en su día en el diario LA NUEVA ESPAÑA y ahora la reproduzco para ustedes :
1.-En un cuenco con una pequeña cantidad de agua caliente (una taza) disuelvan una cucharadita de sal y dos cucharadas de azúcar. Cuando esté fría esta mezcla agreguen 2 yemas de huevo, 200 g de mantequilla y un sobre de levadurina, Mezclen bien y después , amasando, incorporen poco a poco unos 400 g de harina hasta lograr una masa moldeable y que no se pegue a las manos.
2.- Extiendan la masa con el rollo, denle tres vueltas como para hacer hojaldre y, cubierta con un paño, dejenla en frigorífico durante 2 horas. Pasado ese tiempo, dividan la mas en dos porciones y, enharinadas, extiendanlas con el rollo.
3.- En un molde engrasado con mantequilla coloquen una de las «capas» de masa, agreguen 1 kg de cerezas gruesas y negras (deshuesadas y sin rabo), espolvoreenlas con azúcar, y cubran con la otra parte de la masa cerrando la empanada. Pinten con huevo batido y horneen a 180 ºC hasta que esté a punto.
Oviedo, capital asturiana, está de FIESTAS DE LA ASCENSIÓN. Una fiesta de carácter agrario, ganadero y campesino y que por iniciativa de la Asociación Empresarias de Hostelería , en su día presidida por don Rafael Secades, puso de moda el MENÚ DE LA ASCENSIÓN , del que fui pregonero hace de esto más de 20 años.
Menú que consiste en lo más tradicional de la comida campesina asturiana : MENESTRA DE PRIMAVERA, CARNE GOBERNADA … y TARTA DE QUESO «CON CEREZAS» (que no «tarta de cerezas»).-
Yo, ¿qué quieren que les diga? , a mis años y con «mis achaques» llevaderos, ya no asisto a eventos multitudinarios . Sí añoro algunas situaciones que viví con intensidad de ilusión, como ésta de la fiesta ovetense de La Ascensión. Y recuerdo a don Gabino , alcalde; a don Rafael Secades , a «Pepe el de El Tizón» con su bien guisar y sus corbatas llamativas…
Hoy, EL TIZÓN, de la mano de Daniel Gómez, hijo de Pepe, sigue en su «hoja de ruta» ofreciendo calidad, amistad, buen trato y, por encima de todo, alegría de vida.
Ustedes saben que no soy influencer , ni analista organoléptico, , ni asesor gastronómico, «ni res de res» , que dicen los catalanes. Me limito a ejercer de «peregrino de recuerdos» que dan vida a mis «Histories…».-
El que tenga unos 5000 seguidores… es otro asunto.