POR JOSÉ ANTONIO FIDALGO SÁNCHEZ, CRONISTA OFICIAL DE COLUNGA (ASTURIAS)
Cuando yo era rapaz venían por Colunga unos vendedores ambulantes manchegos ofreciendo la mercancía que portaban en las alforjas de sus burros, que por su mayor interés eran los QUESOS y la MIEL. Su «grito de venta» era : ¡ Miel de La Alcarria ; miel !.-
Pasaron años hasta que supe que La Alcarria es una comarca manchega de Guadalajara , famosa por sus mieles, y que en uno de sus municipios, concretamente en Hita, había nacido en el siglo XIV el famoso Arcipreste don Juan Ruiz , autor del «Libro de Buen Amor» , publicado en 1330.
En esa obra, compuesta con versos magistrales de métrica y rima según exige el mester de clerecía :
«Mester traigo fermoso, non es de joglaría ;
mester es sin pecado ca es de clerecía,
fablar curso rimado por la cuaderna vía
a sílabas contadas, ca es gran maestría…»
se describe con gran sentido del humor el combate que Don Carnal y doña Cuaresma libran en favor de unos determinados manjares.
Así se dice del pulpo :
«El pulpo a los pavones non dexaba vagar,
tampoco a los faisanes les dexaba volar ,
a cabritos y gamos los intentaba afogar
pues tiene muchas manos, con más puede lidiar…»
Sigo con mis recuerdos.
Cuando yo escribía sobre gastronomía, viticultura, vinicultura… etc, visitaba con frecuencia la comarca leonesa de El Bierzo. En Villafranca existe (o , entonces, existía) un precioso monasterio, fundado por jesuítas (eso tengo entendido) y actualmente en manos de Padres Paúles. En ese monasterio, que alberga un extraordinario museo de Ciencias Naturales, se elaboraban vinos y licores bajo la direccíon del Padre Pérez (ya fallecido), experto enólogo, que nunca me facilitó recetas sobre vinos y vermuts, pero sí sobre algunos platos conventuales.-
Los «envueltos de pulpo» , me decía es especialidad de monjes benedictinos y aquí, por nuestra proximidad con Galicia, nos gusta mucho.-
Bueno, bueno, bueno…
Mañana, Dios mediante (así decimos en Colunga), es la fiesta en honor de SAN JUAN DE SAHAGÚN , fraile sahagunero, patrono de esta ciudad leonesa y, si no me equivoco, también de Salamanca donde tiene dos calles – la de El Pozo y la del ¡Tente, necio! , dedicadas en su recuerdo.
Y en Sahagún hubo un monasterio benedictino, grandioso, majestuoso… y hoy en ruinas.
En él cursó sus primeros estudios este Santo sahagunero, después fraile agustino en Salamanca, y posiblemente alguna vez haya disfrutado con los benedictinos «envueltos de pulpo».
He aquí la receta :
1.- Cuezan en agua sin sal el pulpo y , ya escurrido y frío, corten rodajas algo más gruesas que si fueran para aderezarlas «a feira».
2.- En un cuenco preparen una masa suave, pero compacta y moldeable, con tres cucharadas colmadas de nata, una cucharadita de sal, otra de levadurina, 200 g de harina y la leche precisa para conseguir la masa indicada.
3.- Formen unas bolitas con porciones de esa masa (de tamaño algo mayor que el de una nuez) e introduzcan en su interior una rodajita de pulpo. Frían en abundante aceite y sirvanlas muy calientes.-
Es un manjar exquisito que conforta el estómago (ad stomachum confortandum) y mantiene la voz alegre y cantarina (ad vocen conservandam).- No lo duden.