POR JOSÉ ANTONIO FIDALGO SÁNCHEZ, CRONISTA OFICIAL DE COLUNGA (ASTURIAS)
Fue Antonio Sánchez Ugarte (1887-1964) un torero madrileño que , tras una serie de percances, abandonó el toreo y en 1927 «puso taberna » en Madrid , calle Meson de Paredes, en la casa que era de sus padres. Taberna que fue centro de reunión de intelectuales, artistas , toreros…
Lo cuenta muy bien el abogado , escritor y crítico taurino Antonio Díaz Cañabate (1897-1980) en su libro HISTORIA DE UNA TABERNA , publicado en 1944. Parece ser que esa taberna gozó fama en la elaboración de TORRIJAS , dulce de Jueces Santo, muy solicitado por la alta sociedad madrileña.
Así narra Cañabate la exquisitez de esas torrijas:»Una torrija noces nada , no se describe ;’se come, se paladea , y luego eleva uno los ojos al cielo , bebe un vaso de vino, y otra , y otra , y otro vaso de vino…en la seguridad de que Dios no nos pedirá cuentas»Bueno , bueno , bueno… Pero , ¿ qué es una torrija y cuál es su historia?
Una torrija ( en Asturias TORREXA o PICATOSTA ; plural : torrexes o picatostes) es un rebanada gruesa de pan » asentado» , remojada en leche , rebozada en huevo , frita en aceite y bañada en un almíbar aromatizado con canela.
En España , ya en el siglo XV , se describe su uso como reconstituyente para enfermos convalecientes y parturientas , como así lo citan Hernández de Maceras y Martínez Montiño , ya en el siglo XVII . También lo confirma López de Vega cuando , refiriéndose a unas mujeres, dice : «si andan haciendo torrijas, será para paridas».
Por esta «aplicación nutricia» y en base a sus ingredientes , también se les dio el nombre de REBANADAS DE PARIDA o RABADAS DE PARIDA. Fue a comienzos del siglo pasado ( siglo XX) cuando surgió en Madrid el ofrecerlas como «dulce de Jueves Santo» , iniciativa que rápidamente se generalizó en toda España.
¡Oiga! ¿Cómo las hacen en Casa Prudo? Pues la cosa » tiene su aquel » , ya que es muy importante conseguir «pan de panaderia»( ya me entienden) y dejarlo asentar , al menos , tres días.
Después seguimos estos pasos: Cortamos «al bies» unas rebanadas de unos 2 cm de grosor que remojamos en leche previamente hervida con azúcar y canela en rama . Rebozamos esas rebanadas ( escurridas con cuidado) en huevo batido y las freimos en aceite de oliva hasta dorar. Las colocamos en una fuente y las bañamos con un almíbar ( agua , vino blanco y azucar) aromatizado con un palo de canela. Hay que procurar que ese almíbar resulte dulce , otro no empalagoso. ¿Y para acompañar ?. Pues un «vasin » de vino dulce , que no es caro y «sabe bien».