POR JOSÉ ANTONIO FIDALGO SÁNCHEZ, CRONISTA OFICIAL DE COLUNGA (ASTURIAS)
Cuando en 1519 el navegante portugués Fernando de Magallanes (1480-1521) , nacionalizado español al servicio de Carlos I , emprendió su aventura de llegar a las Indias Orientales a través del Pacífico, embarcó en Sevilla entre otros alimentos para la tripulación, 2174 quintales de BIZCOCHOS que costaron 372 510 maravedís.
Al cabo de unos meses se perdió una buena cantidad «a causa de la humedad, los mohos y los ratones y lo que quedaba no era pan , sino polvo mezclado con gusanos y orines de ratas».
¡ Qué pena de dulces! , pensarán ustedes.
Pues no , no eran dulces . Eran PAN.
Se lo explico.
Ya en la antigüedad egipcia -y hablamos de unos 2500 años antes de Cristo- se sabía que el pan recocido era – descontada su dureza- alimento de fácil conservación y muy útil para casos de largos desplazamientos de gentes.
Al tratarse de un PAN horneado DOS veces , los romanos le dieron el nombre de BIS COCTUS ( dos veces cocido) , que pasó al castellano como BIZCOCHO.
Y sucedió que…
Ya floreciente la industria dulcera se pensó en modificar el pan-bizcocho en un pan dulce con el añadido de otros ingredientes y técnica de una sola cocción.
Bizcocho que puede ofrecerse como «pieza única» o como integrante con otros ingredientes para tartas y pasteles.
En algunos casos «de pieza única » suele ofrecerse con una cobertura de merengue , yema, chocolate… En su degustacion debe tenerse en cuenta lo que aconsejaba «Picadillo» en «La cocina práctica » :
«…Sí eres listo, con sólo una dentada
comes un trozo y no te pasa nada.
Sólo los que son zotes
Al comerlo se ensucian los bigotes»
Bueno , bueno , bueno..
Pues verán ustedes.
Tengo yo una sobrina a la que bien se le pueden aplicar los versos del poeta de Navia don Ramón de Campoamor
«…una joven hermosa,
alta , rubia , delgada y muy graciosa,
digna de ser morena y sevillana…»
que entre otras muchas cosas , y todas bien , elabora unos BIZCOCHOS «de empujame columpio» , frase que utilizaba un compañero mío para definir lo EXCELENTE.
Como esta neña se niega a dar su fórmula, les expongo la mía , que nunca me sale como yo deseo.
– Batan 4 claras de huevo a punto de nieve y mezclen suavemente con 60 g de azúcar.
– Batan 4 yemas de huevo con otros 60 g de azúcar.
.- Mezclen con mucho cuidado claras , yemas , 120 g de harina de repostería, levadurina ( 1 sobre), y un chorro de aceite o de mantequilla líquida.
.- Lleven la mezcla a un molde y horneen a 180 °C hasta que esté bien cocida. Prueben con aguja de tejer.
.- Dejen enfriar y desmolden