POR ANTONIO MARÍA GONZÁLEZ PADRÓN, CRONISTA OFICIAL DE TELDE (LAS PALMAS)
Este pequeño artículo que hoy publico de manera totalmente improvisada está motivado por el pago de una deuda con las garzas blancas del Bailadero-San Francisco.
Hace unos días, tal vez un par de semanas, publiqué en este mismo medio unas reflexiones, que llevaban por título Estanques y, en ellas puse de manifiesto mi pesar ante la ausencia de las garzas blancas, que en mi niñez, juventud y hasta hace muy, muy poco tiempo, cada año veía llegar como visitantes invernales. Ni decir tiene que en el pasado eran más numerosas y pocos fueron los estanques teldenses, que no se animaban con sus albas estancias. Pero he aquí que con el tiempo fueron mermando y cada año iban llegando menos.
Ayer, cuando caía el sol tras las Cumbres de Gran Canaria, estando en la llamada Plaza del Convento, en el otrora Altozano de Santa María de La Antigua, hoy San Francisco, sentí un graznar monorrítmico que me hizo mirar hacia el límpido azul del atardecer teldense. ¡Cual sería mi sorpresa cuando divisé una pareja de garzas, en dirección Este-Oeste! ¿Dónde irían a parar, qué estanque se vería agraciado con sus esbeltas figuras? No lo llegaré a saber, pero a mí me alegraron el día. Por fin, volví a sentir el amor por la Naturaleza que mis mayores me transmitieron en estas tierras grancanarias y en aquellas otras herreñas, que yo también visité, pero a diferencias de ellas, no en la temporada invernal, sino en el largo estío.
Las garzas, junto a otros animales también aves como ellas, reptiles o mamíferos, fueron venerados y, en algunos casos adorados, por los antiguos egipcios que veían en ellos reencarnaciones de sus dioses bien amados. Los judíos y cristianos, junto a los musulmanes, no somos de ese parecer por lo que no creemos en la reencarnación; ni muchos menos admitimos almas inmortales adueñándose de simples animales. Pero qué curioso animal es una palabra que viene de ánima que para algunos puede traducirse por ser animado o que se mueve y para otros ser portador de alma.
Los defensores de los animales, de los que con orgullo formo parte, enarbolamos esa última acepción. Perros, gatos, caballos, etc., pertenecen a nuestras vidas. En ellos depositamos el cariño, que a ciencia cierta estamos convencidos de recibir de ellos.
Así, estimados lectores, éste Cronista quiere dejar por escrito una excelente noticia: El 31 de enero de 2024, vio sobre los cielos teldenses una pareja de bellísimas garzas blancas, dato éste que merece ser contado y pasar a nuestra íntima historia. ¡Ojalá pueda seguir redactando, por muchos años, noticias tan felices como esta que les cuento hoy!
FUENTE: https://teldeactualidad.com/art/159096/llegaron-las-garzas