POR PEPE MONTESERÍN, CRONISTA OFICIAL DE PRAVIA (ASTURIAS)
Guapos y viejos vi a Robert Redford y a Sissy Spacek en “The old man and the gun”; el título para la versión en castellano desprecia el castellano. No me aburrió mucho este largometraje ingenuo, amable y resuelto sin ingenio, aunque el asunto fundamental, un educado y compulsivo atracador de bancos, es poco verosímil por mucho que se defienda con que la historia se basa en hechos reales. Hoy, la mayor parte de las películas y novelas cuelgan ese letrerito; el autor no se fía de su credibilidad y necesita el aval del hecho cierto para que la canalla trague. Es como si en la Quinta sinfonía añadiera Beethoven: “Basada en hechos reales”, u Hontañón colgara un cartel en la flecha de la Catedral: “Basada en hechos reales”. Las obras de arte se autentifican solas. No fue necesario que Clarín advirtiese que La Regenta se basa en hechos reales para que un servidor visitara estremecido la casa natal de Ana Ozores
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