POR MANUEL GARCÍA CIENFUEGOS, CRONISTA OFICIAL DE MONTIJO Y LOBÓN (BADAJOZ).
Lobón, por su situación geográfica y excelente atalaya-mirador sobre un amplio territorio de la comarca surcado por el río Guadiana, se convirtió en punto de referencia para los viajeros que transitaban por el Camino Real Madrid-Badajoz-Lisboa. Siendo además centro de observación. En Lobón se ofertaban a los viajeros tres posadas y una parada de diligencias en la plaza pública. Fue estafeta de correos, acudiendo a él las poblaciones de Montijo y Puebla. Así fue durante siglos hasta que 1867, a raíz de inaugurarse el ferrocarril Badajoz-Ciudad Real, la estafeta de correos pasó a Montijo.
A esta medida se unía un nuevo trazado para aquel Camino o Carrera Real, viejo, antiguo, a veces derrotado y trabajoso para el trajín de carruajes y aún de caballerías. El nuevo trazado conocido, por su forma, como la vuelta al caracol, fue reemplazado en el siglo XX por la Nacional V, cuyos años finales trajeron un nuevo concepto en las comunicaciones: la Autovía Madrid-Lisboa, que se ha unido, en busca del progreso, a una civilización del presente que desea acortar tiempo ante las distancias.
El Ayuntamiento de Lobón, presidido por su alcalde, Roberto Romero Gragera, con acertado criterio, en recuerdo de aquellas vías de comunicación, ha decido instalar un mojón kilométrico de la antigua Nacional V, en la memoria de tantos viajeros que pasaron por Lobón. Pueblo acogedor para quien lo visita y para todos aquellos que deseen visitarlo.