POR JOSÉ ANTONIO FIDALGO SÁNCHEZ, CRONISTA OFICIAL DE COLUNGA (ASTURIAS)
El sábado, ¡qué maravilla!, tuvimos conversación «larga y tendida» para aclarar si la foto de una procesión colunguesa correspondía a la festividad de la Virgen del Rosario o a la de la Virgen de Loreto en su inicio de novenario.
Aquí y ahora les repito otra foto muy parecida a aquella objeto de discusión, ya publicada por mí hace unos años, pero mucho más cercana en el tiempo, aunque esta sea de los «años de don Belarmino», que cesó (le cesaron injustamente) como párroco colungués en 1957.
Y ya que hablamos de Loreto, de su Virgen y de su barrio, recuerdo que hace muchos años también se ubicó allí una miniindustria artesanal de fabricación de PRODUCTOS DE LIMPIEZA. Su propietario-fabricante era don Manuel Cantán y su esposa se llamaba doña Lucía. Ya viudo don Manuel casó en segundas nupcias con doña Visitación, hermana de doña Evangelina COTO («la maestra») y de doña Julia.
Don Manuel Cantán, que «ejercía de señor de alto copete» y que presumía de «alternar con los altos, con los bajos, con los ricos, con los pobres», como le cantaban en una copla, elaboraba unos quitamanchas y agentes de limpieza que denominaba con el nombre genérico de PRODUCTOS CANTÁN y que vendía en mercadillos ambulantes por las distintas villas asturianas cercanas a Colunga.
Me cuentan que fue uno de los precursores del «dos por uno», al hacer ofertas de compra de dos productos por el precio de uno.
Don Manuel y su esposa vivían en la casa chalet, que después llamábamos de «la Nelita», situada frente a la casa de don Arsenio Gancedo y de su esposa Carmen; ya en el final del barrio lauretano en su salida hacia Ribadesella.
Me temo que nadie se acuerde de don Manuel Cantán y de sus productos de limpieza. Sí creo que muchos reconocerán en los personajes de esa procesión lauretana a familiares, amigos…
Espero y deseo que me lo cuenten.