LOS AMANTES DE TERUEL
POR ANTONIO SÁNCHEZ MOLLEDO, CRONISTA OFICIAL DE MALANQUILLA (ZARAGOZA)
La leyenda de los amantes de Teruel narra la historia de amor entre dos jóvenes turolenses, Isabel de Segura y Juan Martínez de Marcilla que en el siglo XIII no pudieron vivir su amor, juntos, como deseaban, por la negativa de la familia de Isabel que no veía con buenos ojos el casamiento con el pobre Juan.
Juan Martínez marchó entonces en busca de fortuna a otros territorios, prometiendo a su amada que volvería con dinero para poder así obtener la mano de Isabel.
Pasaron cinco años sin dar señales de vida e Isabel, obligada por su padre se casó con un rico pretendiente en la creencia de que su amado Juan había muerto.
El día de la boda aparece Juan Martínez -que había sufrido toda clase de infortunios- con cien mil sueldos. Por la noche consigue entrar en la habitación donde yacían los esposos, burlando la vigilancia de la adinerada familia y, tras despertar suavemente a Isabel le dice: “bésame, que me muero”. Ella le respondió que se buscase a otra porque no podía faltar a su marido. Por segunda vez insistió: “bésame, que me muero” a lo que Isabel respondió “no quiero” e instantáneamente Juan cayó muerto. Con todo sigilo para no poner en entredicho el honor de la familia, el cuerpo sin vida de Juan fue llevado a la iglesia de San Pedro. Isabel que había comprendido el amor que la tenía, quiso despedirse en secreto de su amado Juan y acudió a la iglesia. Separando de su cara la mortaja le besó con tanta fuerza que allí mismo se desvaneció y murió cogida de su mano.
En 1533, en la Iglesia de San Pedro de Teruel, se encontraron dos momias bajo el suelo de la capilla de los Santos Cosme y Damián pertenecientes a los legendarios amantes. La capilla donde fueron encontrados se renombró como la Capilla de los Amantes y en 1955 las momias fueron trasladadas a dos sepulcros nuevos esculpidos en alabastro por Juan de Ávalos.
Una historia de amor que ha hecho que Teruel sea reconocida como la Ciudad de los Amantes, nuestros Romeo y Julieta de casa.
Fotografía 1 Capilla de los Amantes. Detalle de las manos esculpidas en el sepulcro.
