POR JOSÉ MANUEL TROYANO VIEDMA, CRONISTA OFICIAL DE BEDMAR Y GARCIEZ (JAÉN)
Queridos convecinos/as, en estos días de fiestas patronales, que no se celebrarán y por ello, poco usuales, siempre causa alegría, cuando, en medio de esta terrible pandemia del Covid_19, se producen ANIVERSARIOS de hechos, actos y cosas, que forman parte de la Historia de nuestra querida Villa de Bedmar. Me refiero, concretamente al Bicentenario de la fundación de la Cofradía del “Amarrao” a la Columna (19/III/1821-2021); el Centenario de la muerte heroica del bedmarense D. Eduardo Caballero Morales en el Desastre de Annual (Marruecos) (29/VII/1921-2021) y la publicación, en Sevilla, de la 1ª Edición de la Novena a la Santísima Virgen de Cuadros, nuestra Patrona y Alcaldesa Perpetua, obra del entonces Párroco de la Asunción de Bedmar y natural de la vecina Ciudad de Jódar, D. José Antonio del Río Alados.
De todos ellos os dejo unas pequeñas pinceladas con el fin de ir preparando los actos, que con tales motivos, se puedan hacer patentes y públicos, para conocimiento general de todos nuestros conciudadanos:
-BICENTENARIO DE LA HERMANDAD DE PENITENCIA DEL SANTÍSIMO CRISTO FLAGELADO EN LA COLUMNA.- Siendo D. Francisco Gómez Espinosa, Prior de la Iglesia Parroquial de Bedmar, D. Juan María de Viedma, fue el Presbítero que junto al Párroco estuvo presente en el acto fundacional de la Hermandad de Esclavos del Santísimo Cristo Flagelado de la Columna de Bedmar que se celebró en la Parroquia de Santa María de Bedmar el 19/III/1821, quedando constituida la Hermandad de Penitencia del Santísimo Cristo Flagelado en la Columna, integrada por doce vecinos muy devotos para el fomento de “la devoción del Señor de la Columna”, tal y como se puede ver en el Acta Fundacional: “Memoria de las Personas que se reunieron para el fomento a la devoción del Señor de la Columna que se dio principio a esta piadosa Procesión en el año de 1821 y día 19 de Marzo: D. Sebastián de León. D. Juan María de Biedma, presbítero. D. José Herrera. Antonio Herrera. Luis Ortega. Antonio Ortega. Juan Jiménez del Amo. Santiago Chamorro. D Pedro Molero. Francisco Vilches. José López. Jerónimo de Biedma”. A estos doce cofrades fundadores se unieron 18 devotos más, según la citada acta: “Devotos que se adicionaron después para continuar en esta piadosa devoción contribuyendo con la cantidad que se había dispuesto por los anteriores para los gastos que ocurriesen: Francisco Salazar. Gabriel Molero. Juan de Mata. Cristóbal Troyano. Juan José López. Ramón López. Juan de Fuentes. Joaquín de las Peñas. Juan Romero de Dios. Juan José Sánchez. Marcos de Viedma. Simón Morillo. José Molero. Pedro Marín Linde. Ramón de Martos. Ildefonso Molero y, Blas de Martos”, lo cual hizo un número total de 30 Cofrades bajo la dirección espiritual del citado Prior de la Parroquia de Bedmar y primer Capellán-Prioste de la Cofradía, los cuales realizaron su primera estación de penitencia el 20/IV/1821, Jueves Santo, siendo su primer Hermano Mayor-Presidente Antonio Herrera, quien permanecería en el cargo hasta 1823. Los primeros cuatro “horquilleros” que lo portaron fueron: Gabriel Molero, Cristóbal Troyano, Joaquín de las Peñas y Ramón López, debido a que el paso iba sobre un ligero trono con andas; mientras que los Cofrades encargados de pedir para el sustento de la misma en ese año de 1821, fueron los Cofrades: José López y Juan José López. Como cofrade nuevo aparecía en ese día de Jueves Santo, Juan Antonio Ogayar. De toda su andadura, en su momento, se editará un libro con toda su Historia, para honra, honor y gloria de todos cuantos han formado, formaron, forman y formarán parte de esta insigne e ilustre Cofradía bedmarense.
-CENTENARIO DE LA MUERTE HERÓICA DEL TENIENTE DE VETERIARIA D. EDUARDO CABALLERO MORALES.- El joven y brillante militar de carrera del Cuerpo de Sanidad, dentro del área de veterinaria, D. Eduardo Caballero Morales, nació en Bedmar el 5/VIII/1895 y murió heroicamente en Monte Arruit (Protectorado Español de Marruecos), entre el 29/VII y el 2/VIII/1921, donde se distinguió como miembro de su Regimiento, el “Alcántara 14”, en la defensa y protección del repliegue de sus compañeros desde El Batel hasta Monte Arruit, entre los días veintiuno y veintinueve de julio –o dos de agosto-, fechas probables de su muerte en combate, como uno más del Regimiento, defendiendo esa posición, la cual se rendiría finalmente el 9/VIII/1921 y que a tantos soldados españoles salvó en la retirada del general Silvestre, en el conocido Desastre de Annual, el cual fue analizado en el Congreso de los Diputados y que finalizó con el Informe Picasso. Antes del Desastre, por su participación en todas y cada una de las acciones militares realizadas entre marzo y diciembre de 1920, el joven veterinario bedmarense, además de acumular experiencia militar y alcanzar en marzo de 1921, por antigüedad en el Cuerpo, el grado de Teniente Veterinario 2º, fue condecorado, en primer lugar con la Cruz de plata con distintivo rojo el día 2/VI/1921 en la plaza militar de Segangan, “por los servicios contraídos en las operaciones realizadas en la toma de nuestro protectorado en África a partir de treinta de junio de 1918 y con anterioridad al cuatro de febrero de 1920 así como al período comprendido entre esta última fecha y el veintiuno de octubre siguiente”, por cierto con pensión vitalicia; y, por otra Real Orden de 6/VII/1921, se le concedió el uso de la Medalla Militar de Marruecos con el pasador “Melilla”, cuya Comandancia estaba regida por el General Ardanaz, antes de los sucesos de Annual, operando con su Regimiento desde la base de Kandussi. Ya, bajo las órdenes del Coronel D. Rafael Pérez Herrera y su segundo, el Teniente coronel D. Fernando Primo de Rivera y Orbaneja, participó en la toma y captura de diversos enclaves como Hammunda, Tafersit, Midar, Tamarsisún, Cheif y Albadda, lo cual nos da cuenta de su actividad sanitaria y militar en esos últimos días del mes de julio de 1921. Muchos años después, en 2014, el Regimiento al que pertenecía este bedmarense, recibió de manos del Congreso la Laureada de San Fernando, en un claro reconocimiento del valor del Alcántara 14 en tan difíciles momentos, los cuales fueron reflejados en las arengas del Teniente Coronel Primo de Riveras, el día 23 de julio, la cual fue recogida en las Crónicas de Guerra: “Primo de Rivera no se amedrentó y llamó a los oficiales y les dijo: “Vamos a volver a cargar. Nos reagruparemos donde hemos dejado los carros, en la carretera”. A continuación, se dirigió a los soldados y les arengó de esta manera: “La situación, como pueden ustedes ver, es crítica. Ha llegado el momento de sacrificarse por la Patria cumpliendo la sagrada misión del Arma. Que cada cual ocupe su puesto y cumpla con su deber… Vamos a por ellos, nuestros compañeros nos necesitan. Si no lo hacéis, vuestras madres, vuestras mujeres, vuestras novias, dirán que somos unos cobardes. Vamos a demostrar que no lo somos”. Los soldados levantaron sus sables y gritaron “¡¡¡Viva España!!!”. “No tenemos miedo, mi teniente coronel”, le dijeron todos ellos. Y así, uno y otro día, hasta la última carga en la que “el Regimiento, altamente disminuido por el gran número de bajas, va a dar esta última carga con los caballos ¡Al paso! Para entonces uno de los trompetillas, de los trece con que cuenta el Regimiento, ya había muerto. En la extrema retaguardia se encontraba formada a caballo la Banda regimental integrada por jovencísimos educandos de trompeta, al mando del suboficial maestro de Banda del Regimiento, junto a los tres oficiales veterinarios, el capellán y el teniente médico. En orden de combate primero desenvainaron los sables, luego avanzaron al paso, después al trote, preparados para la carga y tras recibir la orden de “carguen”, el Regimiento entero cabalgó con ardor militar hacia los riscos de las márgenes del río Igan, bajo una lluvia de plomo de los rifeños, los cuales, bien asentados en sus posiciones, no se retiraron. Hasta ocho cargas, tras reagrupar a sus efectivos supervivientes, lanzó el Teniente Coronel Primo de Rivera y Orbaneja. Ataques a los que se sumaron –sin recibir órdenes expresas para ello- los Oficiales Veterinarios y los jovencísimos 13 Trompetas, de los que no sobrevivió ninguno; pero al fin los restos del Regimiento, a pie, con el sable en la mano y casi sin efectivos, rompieron las líneas de los rifeños y les obligaron a huir de sus posiciones, salvándose la columna del General Navarro”.
-CENTENARIO DE LA NOVENA EN HONOR DE LA SANTÍSIMA VIRGEN DE CUADROS, ESCRITA POR EL PRESBÍTERO D. JOSÉ ANTONIO DEL RÍO ALADOS Y PUBLICADA EN SEVILLA EN 1922.- D. José Antonio del Río Alados, que nació el 3/III/1891 en la villa de Jódar, -ciudad desde 1919-, llegó a Bedmar el 24/XII/1915, tras ser ordenado sacerdote en Jaén el día 21 y fue aquí, en Bedmar, en la Parroquia de la Asunción de Nuestra Señora, donde celebró su Primera Misa. Permaneció en Bedmar y Cuadros hasta el año 1924 y la Guerra Civil de 1936 le sorprendió en la Colegiata de Castellar de Santisteban del Puerto, de donde fue llevado prisionero a la Catedral de Jaén. Durante su estancia en ella escribía de forma clandestina todo lo que ocurría a su alrededor y vivía en primera persona, para luego entregarlo a sus familiares para que se lo guardasen por si sobrevivía. Acabada la Guerra, fue nombrado Arcipreste de Alcalá la Real, de donde pasó a Jaén, donde llegó a ser Beneficiado de la Santa Iglesia Catedral de Jaén. Tras su jubilación se retiró a la localidad de Villacarrillo, donde falleció a los 90 años de edad, el día 19/III/1981. Además de su amor a la Virgen de Cuadros, puesto de manifiesto en la redacción y posterior publicación de su NOVENA a la Patrona de Bedmar, la Santísima Virgen de Cuadros, en 1922, fue el impulsor y artífice de que en 1923, se autorizase la existencia de la “Asociación” de los Hortelanos Viejos de las Huertas del Río de Cuadros, los cuales tuvieron –y aún tienen, ¿por qué no?-, a partir de esa fecha, el privilegio de coger la urna de viaje de la Patrona, en cada un año, a su paso por las lindes de sus Huertas y el de levantar arcos florales en el día de su Romería, aunque desde que en 2004 la Virgen es traída y llevada en su templete de plata, costeado por sus devotos/as, la cosa es muy complicada de realizar.
¡Que la Virgen de Cuadros, nuestra Patrona, desde tiempo inmemorial y Alcaldesa Perpetua de Bedmar y Garciez desde 19/X/1990, nos proteja y ayude en estos difíciles momentos, para poder seguir celebrando cuantos aniversarios se produzcan en años sucesivos en esta histórica y noble Villa de Bedmar! Que así sea y felices fiestas virtuales de septiembre en este año del Señor de 2020.