POR DOMINGO QUIJADA GONZÁLEZ, CRONISTA OFICIAL DE NAVALMORAL DE LA MATA (CÁCERES)
En los 41 años que aquí llevo morando entre vosotros, más los cinco que frecuentaba la capital del Arañuelo en mi etapa de noviazgo o matrimonio (pero ejerciendo la docencia fuera), se me fueron grabando numerosas expresiones locales del lenguaje, siendo una de tantas la de “moralo, moralo”…
Pues bien, a este personaje inquieto que muchos de ustedes conocen, le dio cierto día por indagar si muchos de los que presumen de ello lo son o están equivocados. Y, lo que hace cualquier historiador objetivo e imparcial (que, por lo que observo, leo y escucho frecuentemente, somos una especie en “peligro de extinción”…), es recurrir a las fuentes escritas originales, no manipuladas.
Y es lo que he hecho, con la ayuda de unos grandes amigos e historiadores, descendientes de Malhincada y Navalmoral: los hermanos Dionisio y Serafín Martín Nieto. Todo ello a partir de los diferentes Censos y Alcabalas del siglo XVI (los más antiguos que se conservan: 1554, 1557, 1561, 1587 y 1595) correspondientes a Navalmoral y comarca que constan en el Archivo de Simancas (Valladolid), para quien desconfíe y desee comprobarlo.
En el primero de ellos, 1554, cuando aún no existían los Libros Parroquiales, aparecen entre otros ya desaparecidos, los siguientes: Alonso (igualmente, en Peraleda; y, muchísimos, como nombre), Andrés (apellido y nombre), Arroyo (varios en Torviscoso), Ávila, Ballestero (luego se trasladan algunos a Millanes), Bustamante, Caballero (uno en Torviscoso), Cabezas, Calero, Calvo, del Campo, Casas (uno en Valparaíso), Cerro, Chamorro (sólo había censado uno: Francisco), Claros, Corchón (¡qué casualidad, como el primer gran investigador del Arañuelo!; también moraban dos en Torviscoso), Delgado, Díaz, Fraile (al igual que en El Gordo y Peraleda), Gaitero, Gallego (muy abundante, y en Peraleda residía otro), García, Gómez, González, Granado, Gutiérrez, Hernández (numerosos, expandidos por toda la Campana de la Mata), Herrero, Jiménez, Juárez (también en Peraleda y Torviscoso), López (diseminados por toda la comarca), Lozoya, Lucas, Manzano (que habitaban Malhincada, Millanes, Navalmoral y Peraleda), Marcos (asimismo, en Peraleda y dos en Valparaíso), Martín, Mateos (distribución similar a los Mateos), Miguel (como apellido, únicamente dos en Navalmoral), Molinero, Morante (sólo uno), Moreno (el más abundante de todos, al igual que en Peraleda, Torviscoso y Valparaíso), Naharro, Nuevo (en Navalmoral y dos en Peraleda), Ovejero (sólo tres repartidos entre Navalmoral, Peraleda y Valparaíso), Pérez, Plasencia, del Pozo, Prieto, Redondo (en todo el Campo Arañuelo), Rodríguez, Ruiz, Salvador, Sánchez, Sastre, Serrano, Simón (únicamente en Navalmoral y Peraleda), Tirado, del Toro, Triguero, Vadillo (de origen soriano), Valle, Villanueva y Zamorano (es curioso, porque la primera que consta es una mujer, como “la del Zamorano”; después, su hijo Juan ya lo incorpora como apellido: así surgieron numerosos sobrenombres).
En los siguientes años todo sigue casi igual, o con pequeñas incorporaciones que aclaro a continuación. De tal modo que, en 1595, ya aparecen también estos otros que no constaban antes: Álvarez (Peraleda y Valparaíso), Amor, Arias, Ávila (proceden de Malhincada), Blázquez (el primero, Martín, se afincó aquí en 1587), Bohoyo (procedían de Valparaíso y Peraleda, pero su origen ancestral es avileño), Cabrero, Camacho (vinieron de Peraleda), Carnicero (tomó ese apellido por su profesión), Corral, Domínguez (el más antiguo estaba censado en Malhincada), Durán, Flores, Garrido (llegaron en 1557), Guija (existía un pueblo en Ávila con ese nombre, actual Peguerinos; y el primero en Navalmoral fue Simón Guija), Hidalgo (en 1587 aparece el primero, Gonzalo Hidalgo; y, en 1595, Gregorio), Lozano (el primero que consta en esta zona fue Juan Lozano, en 1554 en Peraleda de la Mata; después, su viuda se traslada a Navalmoral, de donde derivan los posteriores y actuales), Maldonado, Márquez (en 1554 estaban en Valparaíso), Mayoral (vinieron de Peraleda), Merchán (dos, uno en Navalmoral y el otro en Peraleda, Merino (descendían de Malhincada), Muñoz (procedían de Valparaíso), Nieto (éstos se trasladan desde Malhincada) y Pascual (en 1554 los había en Malhincada y en 1561 en Peraleda).
Y, ya para finalizar, observarán que de algunos no comento nada, ya que yo generales en toda España: unos proceden de aquellos antecesores, mientras que otros existían antes y se han empadronado después (como mi segundo apellido, González). Es decir, como dice el adagio popular: “Ni están todos los que son, ni son todos los que están”…
Pero, no se preocupen, si la salud nos acompaña, ya les iré detallando las posteriores inmigraciones, algunas muy conocidas en los últimos siglos y décadas.