POR ANTONIO BOTÍAS, CRONISTA OFICIAL DE MURCIA
Los amantes de la aurora murciana pueden anotarse en sus agendas anuales una nueva cita musical. Porque la Cofradía del Santísimo Cristo del Perdón recuperó ayer una antigua tradición que, cuando menos, no se celebraba desde hace ocho décadas.
La Guerra Civil, además de arrasar con la antigua parroquia de San Antolín, también acabó con la devoción que los auroros del Rincón de Seca tenían por el titular de la cofradía magenta. Así lo puede atestiguar Ricardo Castaño, hermano mayor emérito de la Campana del Carmen de aquella pedanía, quien recuerda que los antiguos hermanos carmelitas incluso cruzaban el Segura en barcas para acudir a rendir culto en la desaparecida ermita del Malecón.
La hermandad, en colaboración con la cofradía que desfila el Lunes Santo, ha acordado recuperar el canto de las salves de Pasión que anoche, una vez más, llenó de recogimiento, historia y tradición la destacada devoción que la ciudad le tiene al Cristo del Perdón.
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