POR JOAQUÍN CARRILLO ESPINOSA, CRONISTA OFICIAL DE ULEA (MURCIA)
El pasado día 2 de Mayo, fue un día histórico. Memorable, diría yo. La promoción que acabó bachillerato, en el Colegio Andrés Manjón, de Archena, en el año 1954, tuvimos la ocasión de reencontrarnos. Afortunadamente vivimos todos: Alberto Guillamón Salcedo, Brígido Garrido Palazón, Clemente Crevillén García, José Spreáfico García, José Carbonell Guillén, Antonio Ríos Riquelme y quién escribe esta crónica, Joaquín Carrillo Espinosa.
Al acabar bachillerato nos dispersamos y algunos se habían visto, de tarde en tarde, pero yo estaba sin tener noticias de Brígido, Clemente y Pepe Spreáfico. Alberto Guillamón coordinó el trabajo y logró localizarlos y les invitó a que tuviéramos un encuentro 55 años después. La cita fue en Ricote, lugar paradisíaco del Valle del mismo nombre.
La imagen que tenía de todos ellos era nítida, pero habían pasado tantos años que estaríamos irreconocibles. Cuando nos encontramos en Ricote, acompañados de nuestras mujeres, exclamamos un ¡Ah! sonoro y nos fundimos en un abrazo. El paso de los años había marcado, de forma indeleble, nuestros cuerpos. Unos un poco deteriorados de salud, otros con escaso pelo, alguno con unos kilos de más; pero todos con una ilusión enorme.
Pasamos el día rememorando las historias que nos habían acaecido durante más de medio siglo y en la casa solariega de “La portillita”, de Alberto Guillamón, fuimos desgranando anécdotas hasta el punto que llegué a pensar que nos habíamos unido en el tiempo con un paréntesis pequeño, emulando a Fray Luis de León: como decíamos ayer…
El día se nos hizo corto y acabamos recordando a nuestro profesor y director del Colegio Andrés Manjón de Archena que, afortunadamente, vive. Sí, tuvimos un recuerdo emocionado hacía D. José Antonio Campuzano López, gran maestro y mejor persona.
Antes de despedirnos acordamos repetir la experiencia periódicamente. La próxima será en Tenerife o Madrid. La vida, que a veces es muy dura, nos regaló un día memorable.