ARTÍCULO QUE CITA ANTONIO SÁNCHEZ DEL BARRIO, CRONISTA OFICIAL DE MEDINA DEL CAMPO (VALLADOLID).
Las doce madres dominicas de Santa María la Real en Medina del Campo (Valladolid) emigran a Casalarreina (La Rioja).
Casas, escuelas, bares, explotaciones agropecuarias, comercios y sucursales bancarias, en un lento pero inapelable goteo desde hace décadas, cierran en la España interior al compás de las nuevas tecnologías y clausuran una época donde incluso los cenobios, después de siglos, también echan el cierre.
“No podemos con el convento”, ha lamentado a Efe María Isabel Puyal, priora del monasterio de Santa María la Real en Medina del Campo (Valladolid), en nombre de las doce madres dominicas que con su marcha a Casalarreina (La Rioja), debido a su provecta edad y falta de vocaciones, sellan siete siglos de vida contemplativa en esa histórica clausura a lo largo de varias etapas.
Dejan el sepulcro de Leonor de Albuquerque (1374-1435), abuela de Fernando el Católico y tía abuela de Isabel la Católica, además de un artesonado renacentista de inspiración mudéjar y, entre otras tallas, el Cristo del Santo Sepulcro, un yacente atribuido al Maestro de Covarrubias (siglo XVI), emblema de la Semana Santa medinense.
De momento no hay fecha para el cierre, “no hemos pensado nada”, ha soslayado la priora entre escueta y molesta ante la difusión pública de una situación que atañe a su estricta vida monástica, y que incluso el alcalde de Medina del Campo, Guzmán Gómez, ha conocido a través de terceros vinculados al ámbito eclesiástico.
“Ante todo, quiero dejar claro que se trata de un asunto totalmente ajeno al Ayuntamiento”, ha puntualizado a Efe el alcalde ante esta “mala noticia”, antes de expresar todo su respeto a las monjas, “a las que queremos, tienen toda nuestra admiración, cariño y deseamos mucha suerte en estos momentos tan duros para ellas”.
El debate se centra ahora en el futuro de la iglesia y de su patrimonio histórico y artístico, especialmente del Cristo del Sepulcro y de otro yacente, también del siglo XVI, de gran arraigo popular entre las cofradías medinenses por ser el que sacaban durante Semana Santa los toreros y aficionados a la fiesta brava, labrado por Juan de Montejo, ha explicado a Efe el historiador Antonio Sánchez del barrio, director del Museo de las Ferias de Medina del Campo.