POR JOSÉ ANTONIO FIDALGO SÁNCHEZ, CRONISTA OFICIAL DE COLUNGA (ASTURIAS)
En mis años de docencia en Sahagún (1963 -1969) me tocó «explicar de todo» en lo relativo a asignaturas de Ciencias. Expliqué Física y Química, Ciencias Naturales, Matemáticas y un año… ¡hasta Latín en 4º de Bachillerato Elemental!
Ya en Gijón, en el Colegio de la Inmaculada, únicamente me dediqué a la enseñanza de la Física y de la Química y ¡qué bien lo pasé!
Galileo me enseño que «en defensa de nuestros ideales hay que estar dispuestos hasta a dar la vida EXCLUSIVE»; con Heisenberg valoré la INCERTIDUMBRE y el error; con Scrhödinger admití lo de hablar de PROBABILIDAD más que de certeza; y con De Broglie , el de la «DUALIDAD ONDA-CORPÚSCULO» , encontré sentido a aquella copla que relaciona el movimiento de una partícula (en este caso una guapa moza) con la perturbación (onda) que propaga:
«Moza que al andar culea
y al mirar los ojos mece,
yo no digo que lo sea
pero sí que lo parece.»
¡Menos mal que dejé las Matemáticas!.- Me partía de risa (o «de la risa», según dicen algunos) con la «modernidad» (entonces) de la llamada «Teoría de Conjuntos».
Por lo que llegué a saber, un «conjunto» es una agrupación de elementos con alguna o algunas propiedades comunes». Si se tienen dos conjuntos totalmente diferentes sin posibilidad alguna de conexión (intersección) entre ellos se dice que son DISJUNTOS.
Por ejemplo: el conjunto de los números pares y el de los impares es un caso concreto de CONJUNTOS DISJUNTOS.
¿Se dan cuen…?, que decía «Chiquito de la Calzada?
¡Esto es lo que sucede en muchos «sucedidos» de la política actual! Hay grupos políticos que son DISJUNTOS.
¿Y por qué sucede? En unos casos por falta de «rozamiento de pulgarín» (es decir, de «honorarios»); en otros, por pérdida de protagonismo en el candidato no elegido. «Yo ya no soy nadie», dijo la exalcaldesa de Madrid… y dimitió de su cargo de concejala.
Yo, viejo y con experiencia, «me anulo y me atribulo / y mi horror no disimulo» (se lee en La Venganza de don Mendo), al ver los sucedidos que suceden estos días, ¡Alabado, nunca tal vi!, que decimos en Colunga.
Así que para serenar el ánimo, nada mejor que «inventar un invento» que alegre la comida porque sabido es que «la danza sale de la panza».
¿Y qué inventamos mi mujer y yo?
Pues unos champiñones rellenos de pisto de salmón y langostinos complementados con rodajitas (¡qué cursi!) finas de tomate y langostino.
Muy fácil.
Elimino el «tallo» de los champiñones (grandes) y la cutícula o piel exterior. Los paso a la plancha engrasada con un poco de aceite y «aromatizada» con unas láminas finas de ajo.
Relleno los «huecos» con un pisto de cebolla, pimiento y salmón, todo muy picado.
Coloco en una fuente adornando cada pieza con medio langostino y adornando en derredor con una corona de rodajas finas de tomate aderezado con aceite de oliva virgen extra y sobre ella un langostino (cola) frito al ajillo.
¡Qué dos conjuntos no disjuntos y, por supuesto, no vacíos!
En fin, vuelvo al inicio de mi comentario con este pareado de don José Selgas, tío bisabuelo del gran periodista Jaime Campmany:
«El amor a la Patria es un incesto;
otra cosa es amar el Presupuesto.»