POR ANTONIO SÁNCHEZ MOLLEDO, CRONISTA OFICIAL DE MALANQUILLA (ZARAGOZA)
Acabo de regresar de Sigüenza donde el pasado fin de semana nos hemos reunido más de un centenar de compañeros de los pueblos y ciudades de España en nuestro congreso anual, organizado por la Real Asociación Española de Cronistas Oficiales, y el resultado es esperanzador. Primero, porque he tenido ocasión de exponer mi trabajo sobre la población de Malanquilla, incidiendo con otros cronistas de pequeños pueblos, en la necesidad de revertir el proceso de despoblación que nos afecta, y en segundo lugar, porque, aunque pueda parecer que en estos tiempos de Google la figura del cronista es decadente y trasnochada, el aglutinamiento de más de 400 colegas en la Real Asociación viene a demostrar que su vigencia es notable y su utilidad entendida por buena parte de la sociedad.
Lamentablemente Aragón sigue siendo la excepción. Continúan siendo escasísimos los cronistas actualmente nombrados y los llamamientos que periódicamente realizo no acaban de fructificar. Alcaldes y alcaldesas, concejales, ayuntamientos, que más hay que demostrarles para que nombren cronistas en sus pueblos… qué temores o dudas albergan para no continuar una tradición tan extendida en el pasado en nuestra Comunidad. Miedo?, desidia? apatía? Estamos en un momento crítico para la supervivencia de muchos pueblos. Cualquier medida que pueda aportar debe ser considerada necesaria y urgente.
Desde la propia Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP) se está haciendo un llamamiento en este mismo sentido dirigiéndose a numerosos ayuntamientos demandando el nombramiento de su cronista oficial. No dejemos para mañana lo que podemos hacer hoy porque mañana puede ser ya tarde.
FUENTE: A. S. Molledo