POR PEPE MONTESERÍN CORRALES, CRONISTA OFICIAL DE PRAVIA (ASTURIAS)
Camino cada mañana hasta el Naranco, desde tiempo inmemorial; conozco pelos y señales, pozos, cuevas, casamatas, trincheras y otras rarezas de esta sierra; llego hasta el pico del Paisano, me santiguo ante el Sagrado Corazón y bajo a Oviedo, enriquecido de gracias y virtudes.