POR ANTONIO ILLANES VELASCO, CRONISTA OFICIAL DE PUENTE GENIL (CÓRDOBA)
Sería pocos días antes de que se desatara la pandemia del coronavirus, con el estado de alarma pertinente, estábamos en el mes de Febrero y como nada se hace a gusto de todos, esto no iba a ser una excepción. Por mucho que se quiera dar gusto a todos es imposible. El motivo que tuvo una gran polémica, fue la tala de unos eucaliptos centenarios, tenían poco más de un siglo, proporcionaban a una parte del paseo sobre el río, una agradable sombra. Ahora mismo no puedes asomarte al paseo, porque no tiene sombra alguna y te puede dar una insolación, dicen que los van a sustituir con una pérgola con plantas trepadoras rápidas para proporcionar sombra. Estamos de acuerdo que esos eucaliptos, no serían más de nueve ejemplares, conformaban una imagen de Puente Genil que se ha perdido y que a lo largo del siglo XX, formaban parte del paisaje, junto al puente de piedra sobre el río Genil, que le da nombre a la población. Estamos de acuerdo todos que es una especie invasiva y desde estas líneas me limito a dar testimonio del hecho en si, no estoy a favor ni en contra, a principios de siglo nacieron allí, de forma espontánea y como han tenido cerca el agua y resguardados con el murallón, donde se encuentra el paseo a todo lo largo del siglo XX han crecido considerablemente.
Me consta que en los últimos años se han intentado varias soluciones, puesto que en los últimos años, no ha habido accidentes que lamentar. La gota que ya colmo el vaso para adoptar medidas definitivas, fue el desprendimiento de una gran rama muy cercana al cochecito de un niño, que estaba con sus padres sentados en los bancos de piedra que rodean todo el paseo. No era la primera vez que pasaba, pero por poco aplasta al niño.
En mi primera salida hace unos días, para dar un ligero paseo, todavía prefiero pecar de prudente, pude comprobar que se esta realizando un bello paseo con caminitos empedrados que conectara con los edificios fabriles de la Alianza y proporcionara a los ciudadanos disfrutar de las orillas del río, junto al Puente de piedra.